Usted está aquí: lunes 26 de noviembre de 2007 Política En los últimos 13 años ha muerto un migrante por día en la frontera norte

Durante ese periodo se han documentado 4 mil 745 decesos de connacionales

En los últimos 13 años ha muerto un migrante por día en la frontera norte

Presenta la CNDH diagnóstico sobre la “violencia e impunidad” que impera en la región

Víctor Ballinas (Enviado)

Playas de Tijuana, BC, 25 de noviembre. El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, presentó aquí el informe sobre impunidad y muerte en la frontera norte Todos saben, nadie sabe: 13 años de muertes de migrantes. El reporte destaca que en 4 mil 745 días se ha presentado igual número de muertes de migrantes, es decir, un deceso al día en promedio.

“Venimos a recordar en este punto a quienes, luego de extraviarse en su camino, han sido hallados, a veces arrastrados por las corrientes de ríos y canales, casi inertes al pie de una montaña, calcinados por el sol o ateridos en mitad de la noche. De otros migrantes que han pasado por aquí no ha vuelto a saberse más, como lo demuestran 560 cuerpos enterrados en el cementerio de Holtville”, señaló.

El documento –elaborado por la quinta visitaduría de la CNDH– refiere que de octubre de 1994 al mismo mes de 2007 han transcurrido 4 mil 745 días y en promedio ha muerto un migrante por día. El número de fallecimientos en la frontera con Estados Unidos, dijo, ha seguido una tendencia creciente. “Son cifras anuales de tres dígitos, que ahora se visten de dato ordinario para inmunizar la conciencia colectiva”.

El diagnóstico resalta que cruzar la frontera significa vivir tres o cuatro días en zonas desérticas, nadar en canales de aguas negras o en ríos contaminados con bacterias potencialmente mortales, atravesar montañas y luchar contra la hipotermia o la deshidratación. “Para miles ha significado la muerte en la soledad absoluta. Vacío en el vacío. El abrazo del abandono que asfixia la vida; lo que todos saben, lo que nadie parece saber.”

El informe señala que en octubre de 2004, cuando se inició la Operación Guardián, los migrantes “dejaron de ser vistos” por los gobiernos. Sin embargo, siguieron empeñados en volver a los campos estadunidenses, a las empacadoras, a los restaurantes, a construir casas, caminos y puentes, a cuidar niños, a limpiar casas. Algunos no reaparecieron en el lugar deseado, porque perecieron arrastrados por ríos o consumidos por el sol. De otros no volvió a saberse nada.

El reporte señala que de 2001 a 2007 el total de muertes en la frontera suma 2 mil 533: 491 en San Diego y El Centro, California; mil 221 en Yuma y Tucson, y 821 en El Paso, Marfa, Del Río, Laredo y McAllen, Texas.

Oficialmente, las muertes reportadas entre 2001 y junio de 2007 ascienden a 2 mil 533, a las que hay que sumar mil 506 entre 1994 y 1999, lo cual da un total de 4 mil 39. Pero a esta cifra hay que añadir otra: los de quienes no han sido hallados. De acuerdo con organizaciones civiles, la suma puede superar 5 mil decesos.

Causas de los decesos

“¿Cómo es la muerte en la frontera?”, apunta la CNDH en su diagnóstico. Mueren por hipotermia, deshidratación, congelamiento, ahogados, por golpes de calor, alteraciones múltiples de salud, lesiones, asfixia, accidentes automovilísticos y homicidios. En 20 por ciento de casos no se ha podido determinar la causa del deceso.

En California murieron por hipotermia, deshidratación o golpes de calor más de 300 migrantes entre 1994 y 2000; por ahogamiento, más de 180; por accidentes, 129, y por homicidios, 14 migrantes.

La CNDH asevera que la zona más crítica es el suroeste de Arizona, donde buen número de connacionales han fallecido en la zona desértica. Señala que la similitud de este paisaje genera que los migrantes caminen durante días en círculos, lo que aumenta el riesgo de perecer.

Sin embargo, subraya que la muerte de migrantes no se restringe a climas extremos, aguas caudalosas o contaminadas, sino a la persecución de la Patrulla Fronteriza, y refiere el caso de Víctor Mandujano Navarro (17 años), quien fue perseguido por elementos de esa corporación y luego baleado.

Otro caso es el de Darío Miranda Valenzuela, a quien le dispararon 12 tiros por la espalda. El agente que lo hizo comentó a su compañero que sembraría un arma para que pareciera una riña.

 
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