Actuará en la Sala Nezahualcóyotl a las 18 horas
Concluye la Filarmónica de las Américas su gira por México
De visita en el país por primera vez, la Filarmónica de las Américas se distingue, al margen de lo artístico, por ser una orquesta inusual en cuanto a su sentido humano.
Desde la manera como fue creada hace tres años por la mexicana Alondra de la Parra y el origen de sus integrantes, hasta su vocación y sus proyectos, todo está determinado por el principio de la generosidad.
Prueba de ello es la misión que la rige: servir de plataforma para promover el trabajo de jóvenes compositores, intérpretes y solistas del continente, especialmente los originarios de la región latinoamericana.
A lo anterior se suma el compromiso que su directora y sus atrilistas tienen con el ámbito educativo, encaminado a fomentar el aprecio por la música de concierto entre sectores poco habituados o desconocedores de la misma.
Pero también a valerse de esta expresión como elemento de integración y desarrollo social. En específico, han desarrollado un programa de creación musical que actualmente aplican en una escuela pública de educación primaria de Estados Unidos en el que 90 por ciento de los alumnos son inmigrantes de origen latino.
De igual forma resalta su interés por compartir e intercambiar sus conocimientos con estudiantes y músicos más jóvenes, como ocurrirá durante su estancia en la República, donde realizarán talleres, cursos, ensayos y hasta un concierto conjunto con la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México.
Provenientes de Nueva York, su ciudad sede, los 73 integrantes de la agrupación y la joven directora, de 27 años, se encuentran en la capital del país como parte de su gira Sin fronteras, la primera que realizan a escala internacional.
Hoy tendrán su segunda y última presentación en la capital, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, a las 18 horas, luego de haber actuado la víspera en el Palacio de Bellas Artes.
Para la ocasión prepararon sendos programas en los que se pone de manifiesto el espíritu de la orquesta de promover la música de América y a los jóvenes creadores e intérpretes del continente.
Destaca en ese sentido la inclusión de la pieza del mexicano Enrico Chapela Inguesú, así como la presentación como solista de la joven pianista venezolana Ana Karina Álamo, con el Concierto número dos para piano de Edgard MacDowell.
Emocionada por estar en su tierra natal, De la Parra descarta trasladar la sede de la orquesta a México, ni aun cuando decida ceder la titularidad de la misma a otro joven director. “No me veo –señala– dirigiéndola a los 50 años”.
Considera que mantenerla en Nueva York servirá más para los propósitos de funcionar como escaparate de los músicos que deseen abrirse paso, porque “en esa ciudad todo tiene mayor repercusión, incluso mundial”.