Después de 11 años de gobierno conservador, Kevin Rudd remplaza a John Howard
Victoria laborista en comicios de Australia
El partido obtuvo 53 por ciento de los votos; los derechistas sólo lograron 46 por ciento
El ahora primer ministro ofreció en la campaña retirar de Irak a los 580 soldados de su país
Sydney, 24 de noviembre. Después de 11 años de dominio conservador, Australia cambiará de gobierno tras las elecciones parlamentarias celebradas hoy, en que se impuso la oposición laborista liderada por Kevin Rudd, de 50 años, cuya filosofía política y propuestas de campaña sólo anticipan más de lo mismo.
El primer ministro, John Howard, quien se caracterizó por su apoyo al presidente George W. Bush y a su guerra en Irak, reconoció la derrota de la Coalición Liberal y anunció el final de su carrera política, a la luz de los resultados en la votación.
Los laboristas obtuvieron 53 por ciento de los votos la mayoría absoluta en el Parlamento. Los conservadores sumaron 46 por ciento y Howard, de 68 años, perdió en su distrito natal ante la candidata laborista.
“He felicitado al señor Rudd y al laborismo por una impresionante victoria”, dijo Howard, quien se empecinó en repetir en el poder y frustró la candidatura del ministro de Finanzas, Peter Costello, que se proyectaba con mayores posibilidades de vencer y ser llamado a formar gobierno en el sistema parlamentario australiano.
Rudd celebró su victoria en la localidad de Brisbane con clara alusión al relevo generacional, al afirmar que “Australia miró hoy al futuro”. A pesar de la diferencia de edades y aun cuando el laborista adelantó en la campaña que acabará con la participación de 580 soldados australianos en la fuerza internacional de ocupación de Irak, analistas australianos no vislumbran un viraje económico y político.
Las diferencias proselitistas de las dos principales fuerzas partidistas de Australia fueron apenas perceptibles y el apoyo decisivo en el triunfo laborista provino de profesionistas de clase media alta, que igualmente determinaron el ascenso de Howard.
Rudd prometió aumentar las inversiones en la educación pública, pero ofreció continuar la política económica de su antecesor, que logró eliminar la deuda nacional, reducir el desempleo a mínimos históricos y duplicar presupuestos públicos.
Como aliado de Bush, Howard se negó a firmar el Protocolo de Kyoto para contener las emisiones de gases de efecto invernadero, que Rudd ha ofrecido ratificar.
El laborista llega al gobierno con escasa experiencia en la administración pública, pues nunca fue funcionario, aunque prestó sus servicios como diplomático. En 1998, cuando Howard ya tenía dos años de primer ministro, Rudd trabajó como portavoz de los laboristas en temas de política exterior.
El futuro primer ministro, quien fue líder laborista durante un año y parlamentario en los últimos nueve años, no proviene de una fuerza sindical ni se define de izquierda. Más bien ha hecho pronunciamiento conservadores contra los matrimonios homosexuales, los tratados autonómicos para los 500 mil aborígenes y una agenda abierta a la inmigración.
Rudd copió además diferentes iniciativas legislativas de los conservadores para que las mujeres de altos ingresos reciban grandes cantidades de dinero por tener un bebé y para que las parejas de millonarios obtengan subsidios oficiales para comprar su primera mansión.