Usted está aquí: domingo 25 de noviembre de 2007 Opinión En espera del milagro

Marta Tawil

En espera del milagro

El general Emile Lahoud dejó finalmente el cargo de presidente de Líbano, luego de años de controversia desde que el régimen sirio y el parlamento libanés decidieron extender tres años su mandato de manera anticonstitucional en septiembre de 2004. Desde la noche del viernes 23, el palacio de Baabda sigue sin huésped y las fuerzas políticas no han logrado consenso para elegir al sucesor de Lahoud. Pero sería simplista reducir la parálisis política que vive Líbano a la elección del nuevo presidente. Al centro de la polarización que divide al país en un gobierno proestadunidense y una oposición cercana a la resistencia están las modalidades con las que los libaneses interpretan las resoluciones internacionales del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas para Líbano y Siria.

La Corriente Patriótica Libre (CPL), de Michel Aoun, dirige el bloque parlamentario cristiano más importante. En febrero de 2006, Aoun dio un giro espectacular y modificó el paisaje político libanés (para desmayo de las fuerzas de la Coalición del 14 de Marzo –que incluye a las Fuerzas Libanesas (cristianas) de Samir Geagea, al partido socialista progresista del jefe (druzo) Walid Jounblat, a las falanges (cristianas), al Movimiento de la izquierda democrática y a la Corriente del Futuro de Saad Hariri (sunnita)), al aliarse con el Hezbollah de Hassan Nasrallah. Aoun y Nasrallah reclaman conjuntamente la formación de un gobierno de unión nacional. Sobre las relaciones con Siria, que desde el asesinato de Rafiq al Hariri están atrapadas en una espiral de desconfianza y crisis, ambos piden que se restablezcan las relaciones con base en el respeto de la soberanía e independencia de cada Estado; subrayan la necesidad de trazar la frontera común, y reclaman el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Beirut y Damasco. Este pacto cristiano-chiíta permite a Aoun proyectar su presencia en enclaves musulmanes y presentarse como “candidato del equilibrio” para suceder a Emile Lahoud. Michel Aoun siempre consideró la presencia siria en Líbano como ocupación, en momentos en los que las demás fuerzas políticas y ex señores de la guerra (cristianos, sunnitas, druzos) fueron cooptados por el poder sirio y se beneficiaron ampliamente de su corrupción. Estas mismas fuerzas no han podido consolidarse en el terreno político nacional, por lo que se han visto motivadas a pasar a la ofensiva y, entre otras cosas, pedir a Estados Unidos que derroque al régimen sirio de Bashar al Asad. Siguen, pues, sin respetar las fronteras sirias, tal como Siria lo hace con Líbano. Consideran que la mano siria está detrás de la alianza CPL-Hezbollah, y las acusan de obstaculizar el proyecto de crear un tribunal internacional que enjuicie a los asesinos de Rafiq al Hariri, mientras la oposición dice estar de acuerdo con ese tribunal siempre y cuando sea conforme con la Constitución; además, estima que el estatus del tribunal instituye una corte penal que dispone de vastos poderes, con el fin de asegurar una tutela internacional sobre Líbano (mediante la mención del capítulo séptimo de la Carta de la ONU, invocada por el gobierno de Fouad Siniora).

El impresionante desfile de embajadores y ministros occidentales en Líbano para ayudar a las partes a llegar a acuerdos en torno al nuevo presidente muestran de manera patente el intento, con o sin la mediación del Consejo de Seguridad, de imponer un equilibrio de poder interno que parece definirse en torno a una sola cuestión: cómo y cuándo enfrentarse de una vez por todas a la resistencia. Pero el Hezbollah ha dicho que entregará sus armas sólo cuando se concluya una paz global en la región. Hasta que los propios libaneses desarrollen medios para tratar con la resistencia, acuerden cómo administrar el conflicto con Israel y determinen la naturaleza de su relación con Siria, un nuevo presidente no estará en posición de contribuir a poner fin a la crisis crónica que vive el país, y Siria estará siempre lista para responder.

 
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