Usted está aquí: domingo 25 de noviembre de 2007 Opinión ¿Nueva guerra fría? ¿Y el gas?

Antonio Gershenson
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¿Nueva guerra fría? ¿Y el gas?

La respuesta política más reciente de Rusia ante la anunciada instalación de bases militares estadunidenses en Polonia y la República Checa está a la vista. Primero, la llamada cámara baja del parlamento acordó ratificar un acuerdo del gobierno ruso en el sentido de suspender temporalmente la vigencia del Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa, dado que otros no lo ratificaban. Hace unos días la cámara alta hizo lo mismo.

En el plano de las declaraciones, se habla de que Rusia podría desplegar sus nuevos cohetes Iskander de corto alcance en Belarus, de común acuerdo con el gobierno de ese país, frente a los posibles sitios de la base o bases estadunidenses en Polonia.

Sin embargo, tal vez tenga más trascendencia, en otro plano, lo que sucede con un gran proyecto relacionado con el gas natural. Se trata, primero, de un enorme yacimiento, el Shtokman. Se encuentra en el mar de Barents, que a su vez es parte del océano Ártico, al norte de las costas noroccidentales de Rusia y las de Noruega. Esta acumulación de hidrocarburos está a más de 500 kilómetros de las costas rusas a las que llegaría el gas natural, que es el principal activo. Hay también condensados de gas, pero ésos no inciden en este proyecto.

Una comparación de las reservas de Shtokman, que se ha publicado para dar idea de su magnitud, señala que equivalen al consumo de toda Europa durante siete años. Se estableció que el recurso natural, el gas, es propiedad de la empresa pública del ramo, Gazprom. Y que ésta, como socio mayoritario, se asociaría, para desarrollar el proyecto, con empresas que pudieran aportar recursos y tecnología. Éstas se elegirían entre cinco ya preseleccionadas: dos estadunidenses, dos noruegas y la francesa Total. Ya en la fase final quedaron sólo tres. Las dos noruegas se fusionaron en StatoilHydro. Una de Estados Unidos, Exxon, quedó fuera, y sólo quedó la otra, ConocoPhillips.

Cabe un comentario que ayuda a explicar por qué esta última quedó de finalista, cuando en algunos medios es casi desconocida en comparación con “las grandes”. Exxon era y sigue siendo la mayor. Pero ConocoPhillips le empieza a quitar el segundo lugar a Chevron. Cabe mencionar el crecimiento que tuvieron sus activos en 2006 en relación con el año anterior: 56.7 por ciento. En la producción mundial de líquidos (principalmente petróleo crudo), Chevron sigue en segundo lugar entre las que tienen su sede en Estados Unidos. Pero en la producción mundial de gas, ese segundo lugar ya lo ocupa ConocoPhillips. Esto último en especial ayuda a explicar por qué quedó de finalista.

Las tensiones políticas aumentaban. Podemos decir que hubo o no relación con el plano político, pero la empresa estadunidense fue la única que quedó fuera. Gazprom quedó con 51 por ciento de las acciones de la Compañía de Desarrollo Shtokman, la francesa Total con 25 por ciento y StatoilHydro con 24, totalizando el cien por ciento. Se había hablado de repartir 49 por ciento de las acciones entre las tres finalistas no rusas, pero esto no pasó. Las dos ganadoras tienen en su favor haber desarrollado el campo gasero de Snohvit, Noruega, único que ya está en producción en el mar de Barents. En Noruega se dio al caso un primer plano en la información, con la idea de que al estar ese país en un proyecto tan grande, con muchas empresas, eso reactivaría su economía.

El proyecto Shtockman es parte de otro mucho más grande. El gasoducto del mismo, una vez llegado a tierra, tendría, desde Teribyorka hasta Vyborg, mil 400 kilómetros de largo y doble tubería de 1.42 metros de diámetro. Y de esta última ciudad y puerto, casi en la frontera rusa con Finlandia, saldrá otro gasoducto, también de doble tubería, pero ya internacional: Nord Stream (corriente del norte), que iría por el fondo del mar en el Golfo de Finlandia, de Vyborg, en Rusia, hasta Greifswald, en Alemania. Está proyectado que, además de surtir redes locales, vaya a Harlingen en Holanda y luego, bajo el Canal de la Mancha, hasta Bacton en la Gran Bretaña. Abastecería también a Francia. La empresa a cargo de esta obra y su operación, Nord Stream AG, constituida en Suiza, tiene un accionista mayoritario, la misma Gazprom. Son, hasta el momento, accionistas minoritarios, las alemanas BASF (química y petroquímica, usaría el gas como materia prima) y E.On (la mayor en el área de servicio público de energía eléctrica, usaría el gas como combustible), y la holandesa Gasunie. Llama la atención que la mayoría de la producción de gas de este proyecto ya está vendida, es decir, ya está contratada para determinados años.

Como está previsto que Shtockman entre en operación hasta el año 2013, y la primera tubería de Nord Stream entraría en operación en 2010 y la segunda en 2011, hay otro proyecto gigante. Se aprovechan gasoductos de redes ya operando e infraestructura de yacimientos ya produciendo. Se agregan principalmente dos elementos: al principio del camino un nuevo yacimiento, en la zona ya productiva de Noviy Urengoy: Yuzhnoye Russkoye, que tiene también petróleo, pero en este caso interesa por su abundancia de gas natural. Las perforaciones ya están en curso, y estaría produciendo cuando entre en operación el gasoducto Nord Stream.

Al final del camino, se agrega otro gasoducto a la red existente. En la región de Vólogda, colindante con la de Leningrado, el punto de conexión de las nuevas obras es Gryázovets, un elemento clave del gasoducto que ya pasa, desde hace tiempo, por ahí. Las obras, iniciadas en varios puntos, llevan más de un año y tendrán que encontrarse con las de la parte marina del gasoducto, Nord Stream, en Vyborg, en la región de Leningrado. Serán 917 kilómetros de nuevo gasoducto en tierra.

Este enorme sistema va a jugar un papel importante en el abasto de energía a Europa. Por lo pronto, Estados Unidos quedó al margen. Y si bien una y el otro son aliados políticamente, en la OTAN, en lo económico son competidores. Y la energía abundante y barata es un elemento importante de competitividad.

Por si fuera poco lo anterior, en junio pasado la ENI, principal petrolera y gasera de Italia, firmó una carta de intención con Gazprom, para construir la South Stream, la corriente del sur. Firmaron, como testigos, representantes de los dos gobiernos. Se acaba de firmar un nuevo convenio para dar otros pasos. Un gasoducto por el fondo del Mar Negro, que llegaría primero a Bulgaria. De ahí se alimentarían países europeos del sur, incluso Italia. Y se acaba de anunciar que en enero se firma el acuerdo entre Bulgaria y Rusia.

 
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