Se degusta cada año en noviembre, acorde a la tradición
Japón y Francia hacen los honores al beaujolais 2007
A menudo criticado por su calidad, esta vez la cosecha dio un vino clásico, con suavidad y elegancia, afirma experto
París, 21 de noviembre. Las primeras botellas del beaujolais de 2007 fueron abiertas recintemente, comenzando por Japón, primer país extranjero consumidor de este vino francés, que según la tradición debe empezar a degustarse cada año el tercer jueves de noviembre.
En Beaujeu, pequeña localidad del centro-este de Francia que se ha convertido en la capital histórica de este vino famoso en el mundo, se dieron cita la semana pasada más de 10 mil personas.
“Ladies and gentlemen, señoras y señores, madames et messieurs: vamos a inaugurar esta noche el vino que será servido en el mundo entero”, anunció el presentador de la fiesta organizada en Beaujeu, en una ceremonia retransmitida en directo por la televisión japonesa NHK.
“Tres, dos, uno, cero: ¡el beaujolais ha llegado!”, celebró la multitud, rodeando los grandes toneles llenos de este famoso vino, cuya calidad es criticada a menudo por los enólogos.
Pero para Dominique Piron, vicepresidente de la organización de profesionales Inter-Beaujolais, la cosecha de 2007 ha dado “un vino clásico, con suavidad y elegancia, con aroma de frambuesa”.
Como novedad, el beaujolais de 2007 se podrá degustar también en su versión rosada, de la que serán ofrecidas 400 mil botellas, una parte muy pequeña si se compara con los 50 millones que serán producidas este año.
En 2006, más de 40 por ciento de las botellas fueron vendidas fuera de Francia, sobre todo a Japón (11 millones), Alemania (3.2 millones) y Estados Unidos (2.8 millones). Rusia y China son todavía mercados incipientes, con 182 mil y 29 mil botellas vendidas, respectivamente.
“Para 2007, los pedidos en Francia son más bien estables, pero en lo referente a la exportación, están en ligera baja”, explicó Franck Duboeuf, director de la casa de vinos del mismo nombre, uno de los mayores vendedores de beaujolais.
Según Duboeuf, el euro fuerte y el alza de los precios del petróleo y los costos de transporte, explican en parte esa reducción de las ventas fuera de Francia.