La familia decide actuar, ante “apatía” de autoridades
Levanta ámpula en Guanajuato recompensa por aclarar crimen
Carlos Cervantes fue secuestrado y asesinado en 2005, a pesar de que se pagó el dinero exigido por los captores
Ampliar la imagen Uno de los miles de volantes que se distribuyen en la capital guanajuatense, en los que se ofrece recompensa para ayudar a esclarecer el asesinato de Francisco Cervantes, hace dos años
Guanajuato, Gto., 20 de noviembre. El ruido de la ciudad se ahoga por 30 segundos para escuchar un anuncio en la estación de radio FL 90.7 FM. “Atención, mucha atención. Se ofrece recompensa”, dice una voz femenina que capta el interés del auditorio cuando terminan los éxitos musicales del momento. En ese instante, algunos taxistas se estacionan antes de ingresar a los túneles de la ciudad, donde podrían perder la señal.
“Se ofrece recompensa a quien proporcione información que lleve a la captura del o los asesinos del señor Carlos Francisco Cervantes Rodríguez, a quien raptaron el 17 de noviembre del 2005 en su negocio Cibermex, ubicado en la carretera Juventino Rosas kilómetro 7 esquina Gardenia, a las 9 de la noche, en una camioneta color gris Outlander Mitsubishi, la cual fue abandonada horas más tarde afuera de las instalaciones de la Feria de León”, sigue el anuncio.
La mayoría de los capitalinos recuerdan el caso, pues aunque Guanajuato es la capital del estado, “aquí no pasa nada más que pura grilla política y una que otra manifestación” que desquicia el tránsito de vez en cuando, según Manuel Gómez, quien maneja su taxi desde hace más de 20 años.
El anuncio sigue: “Un mes después (el cadáver de) Carlos Francisco fue encontrado con claras huellas de tortura en las inmediaciones de la Sierra de Santa Rosa. Ciudadano, ¿viste o sabes algo de este crimen? ¡Denúncialo! Su familia ofrece 100 mil pesos de recompensa. Cualquier información a los teléfonos 015554814332 (de la Policía Federal Preventiva) o al 7329909”, e incluso, se recibe información en el correo [email protected].
Al mismo tiempo se reparten volantes en el centro de la ciudad con la oferta de 100 mil pesos de recompensa, y precisan: “Pago de la recompensa garantizado en efectivo con absoluta discreción por Alberto Cervantes, hermano de la víctima”.
El secuestro de Cervantes Rodríguez ocurrió el 17 de noviembre de 2005. Sus captores aparentemente solicitaron el rescate a la familia de la víctima, que fue depositado en la ex hacienda San Gabriel de Barrera, pero quienes raptaron al empresario nunca se presentaron.
El 16 de diciembre de ese mismo año, tres jóvenes hallaron el cadáver en una cañada, en la Sierra de Santa Rosa. Tenía tres balazos y huellas de tortura.
En entrevista telefónica desde Inglaterra, donde actualmente vive y trabaja, Alberto Cervantes, hermano de la víctima, aseguró que el subprocurador general de Justicia del Estado, Armando Amaro Vallejo, protege a los homicidas de su hermano.
“Hemos pedido que declaren personas cercanas a mi hermano y se nos ha ignorado; hemos sugerido algunas líneas de investigación y nada ha pasado, al contrario, han limpiado el expediente”, se quejó.
Aunque la familia del finado hizo públicas sus dudas de supuesto encubrimiento a los autores materiales e intelectuales del homicidio, Amaro Vallejo fue promovido a subprocurador general.
De su lado, el procurador de Guanajuato, Daniel Federico Chowell Arenas, consideró que el caso no está cerrado.
El tema de la recompensa ha causado expectación. En la capital se habla de ella casi todo el tiempo, lo mismo en el mercado que en los camiones y en los jardines y no pocos visitan la escena del crimen para buscar, quizá, el hilo que los conduzca a aclarar el homicidio y de paso cobrar el dinero.