Defendió ante Washington a los gobiernos de Fidel Castro y Salvador Allende
Murió Victor Rabinowitz, izquierdista y abogado de perseguidos políticos en EU
Representó a unos 200 líderes sindicales, intelectuales y activistas durante el macartismo
Sus casos legales son una historia completa de la represión en territorio estadunidense
Ampliar la imagen En imagen de mayo 22 de 1968, Benjamin Spock (al centro), acusado entonces de promover la evasión del servicio militar durante la guerra en Vietnam, flanqueado por Victor Rabinowitz (a la izquierda) y Leonard Boudin, sus abogados, afuera de una corte federal en Boston Foto: Ap
Nueva York, 20 de noviembre. Victor Rabinowitz, gran defensor del derecho a la rebelión y un izquierdista jamás arrepentido, abogado de los gobiernos de Castro y Allende dentro de Estados Unidos, luchador por los derechos de los trabajadores anónimos y los artistas famosos comprometidos con la libertad de expresión, está hoy ausente.
El abogado izquierdista, quien defendió a algunas de las más reconocidas figuras políticamente perseguidas en este país, sindicalistas, y también al gobierno de Salvador Allende y al de Cuba en Estados Unidos, murió el viernes pasado a los 96 años de edad.
Desde Dashiell Hammett a Paul Robeson, y cientos de líderes laborales, maestros y otras víctimas del macartismo, Rabinowitz, junto con sus colegas Leonard Boudin –su socio en un bufete que encabezaron– y Leonard Weinglass (actualmente uno de los abogados en el caso de los cinco cubanos encarcelados aquí), encabezaron una generación de abogados de izquierda que defendieron los derechos constitucionales y civiles de sindicalistas, activistas políticos de todo tipo y gobiernos progresistas.
Rabinowitz y Boudin consiguieron al gobierno de Cuba como cliente en 1960 en un juego de ajedrez con el Che Guevara: en el hotel Rivera de La Habana, jugaron el partido, el Che ganó, y después les dio el contrato, contó su socio Michael Krinsky al New York Times. Rabinowitz defendió las nacionalizaciones de empresas estadunidenses en tribunales aquí, y durante décadas su bufete se encargó de diversas tareas legales en torno al embargo y otros asuntos a nombre del gobierno de Cuba en este país.
En 1971 Rabinowitz y sus socios defendieron al gobierno de Chile cuando el presidente Salvador Allende ordenó la nacionalización de las empresas de cobre estadunidenses.
A finales de los años 40 y principios de los 50, al intensificarse el macartismo y la ofensiva gubernamental contra la izquierda estadunidense, Rabinowitz y su bufete representaron a un total de 225 líderes sindicales, maestros, intelectuales, artistas, bibliotecarios y activistas acusados de ser comunistas, incluidas figuras internacionalmente famosas como el gran cantante Robeson y el escritor Hammett.
En los 60 fue abogado de líderes del movimiento de derechos civiles como Julian Bond y también miembros de las Panteras Negras. Defendió ante tribunales y la plaza pública a disidentes contra la guerra en Vietnam como el doctor Benjamin Spock (acusado de promover la evasión del servicio militar durante la guerra de Vietnam), Daniel Ellsberg (quien divulgó los documentos secretos conocidos como los Pentagon Papers) y el reverendo Philip Berrigan.
Años después Rabinowitz participó en la defensa de la hija de su socio, Kathy Boudin, quien como integrante del grupo armado clandestino Weather Underground, fue arrestada por su participación en un asalto que dejó a dos guardias muertos.
Fue uno de los fundadores del Gremio Nacional de Abogados (National Lawyers Guild), asociación de abogados progresistas, en 1937, y como su presidente entre 1967 y 1970 logró revitalizar la organización. Rabinowitz fue miembro del Partido Comunista de Estados Unidos desde 1942 hasta principios de los 60.
Sus memorias Unrepentent Leftist (Izquierdista impenitente) fueron publicadas en 1996. John Mage, en una reseña del libro publicada en Monthly Review (noviembre 1996), señala que si se toman en conjunto todos los casos legales en los que participó Rabinowitz, serían “una historia bastante completa y continua de la lucha política y la represión en Estados Unido a lo largo de los últimos 50 años”. Agregó que ningún otro bufete en este país tiene un historial tan extraordinario. Por eso, subraya, esta memoria de Rabinowitz es una historia “de la defensa contra la bestia, un cuento de supervivencia, resistencia y rebelión en la cual él desempeñó un acreditado papel”.
En este momento de intimidación, si no de represión política y de ataque contra derechos civiles fundamentales aquí, su ausencia es aún más presente.