Poemas como géiseres
Frente a la turbulencia de la política, las mezquindades, las envidias, la ignorancia y la incomprensión de las que eran víctimas él y su obra, el compositor austriaco Gustav Mahler (1860-1911) solía responder con una frase que cobró sentido hasta medio siglo después de su muerte: “Mi tiempo llegará”.
Hoy día sus partituras están en prácticamente todas las salas de concierto del planeta y las grabaciones discográficas se suceden sin cesar. Uno de los más recientes de estos registros se consigue en la tienda de discos de la Sala Nezahualcóyotl, o bien en el Rincón del Disco del Palacio de Bellas Artes, bajo el sello harmonia mundi y con el título Des Knaben Wunderhorn, que es el nombre del ciclo de poemas populares antiguos recopilados por Arnim y Brentano y que acompañaron y fueron el géiser de la producción musical de Mahler durante 15 años, tanto en la creación de ciclos de canciones como en las sinfonías 2, 3 y 4, conocidas como las “Sinfonías Wunderhorn”.
La novedad discográfica que ahora presentamos corresponde a la autoría del director belga Philippe Herreweghe, quien luego de estudiar piano en su infancia cursó las carreras de medicina y luego la especialización en siquiatría, hasta que fundó el Collegium Vocale, con el cual grabó todas las cantatas de Bach.
Con cantantes de primer nivel, el Mahler de Herreweghe es nítido, transparente, pluvial. Exquisito.