Usted está aquí: sábado 17 de noviembre de 2007 Espectáculos Hola, chilangos, ¿saben del arte de seducir?: Gustavo Cerati

Después de 10 años, vigente el poder de Soda Stereo entre el público mexicano

Hola, chilangos, ¿saben del arte de seducir?: Gustavo Cerati

Ciudad de la furia, coreada por los casi 55 mil asistentes al Foro Sol, hizo retumbar el recinto de Churubusco

El vocalista del grupo, Charly Alberti y Zeta Bosio nuevamente reverenciaron a esta urbe, que los ha arropado a lo largo de su existencia

Juan José Olivares

Ampliar la imagen El trío argentino El trío argentino Foto: Yazmín Ortega

Año 1997, Palacio de los Deportes: Soda Stereo realizaba su última presentación en la ciudad de México. Era el concierto de despedida, parte de una gira Latinoamericana que causó tristeza en miles de seguidores que sentían a la música de esta banda argentina como generacional.

Pasaron 10 años para que la noche del jueves en el Foro Sol los fans mexicanos volvieran a sentir ese juego de seducción, esas imágenes retro o las texturas de una ciudad de la furia, la cual enloqueció con 29 de sus más representativas y, por qué no, más comerciales canciones, que fueron una explosión interminable de gritos, brincos y susurros por la admiración a este poderoso trío formado por Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio, quienes rindieron, nuevamente, reverencia a una urbe, un país que los ha arropado durante toda su existencia.

“Hola chilangos, ¿saben del arte de seducir?”, preguntó Cerati a aproximadamente 55 mil asistentes al inmueble de Churubusco, y luego, fulminante, se escuchó la primera pieza de la noche, Juegos de seducción, y de inmediato la excitación de la mayoría, seducidos por esas tres figuras erigidas sensei. Un extraordinaria producción de tres pantallas gigantes, otras más verticales encima del escenario (en las cuales se proyectaban las imágenes de los tres miembros de Soda, que los hicieron ver más grandes) y la magia de las luces de estrobos, eran parte de la vía de comunicación visual, además de la Telekinesis, una de las primeras rolas editadas por la banda.

Nos Verán Volver, así titularon la gira y así grito Cerati, el “maestro”, comentarios no fallidos para calificar a este músico, quien ha creado atmósferas desde electrónicas hasta clásicas (ha editado en solitario Amor amarillo, Bocanada, Colores santos –con Daniel Melero–, los proyectos de música electrónica Ocio y Plan V, Siempre es hoy, Cerati sinfónico, entre otros).

Imágenes retro, Texturas y Hombre al agua, fueron tres piezas defragmentadas con nuevas tonalidades que, sin embargo, parecieron éxitos actuales. Fueron coreadas por la muchedumbre, que complaciente, aplaudía cada acorde, cada paso y movimiento de los Soda. Cerati inmerso en su guitarra, Zeta hiperactivo en el proscenio y Alberti, pasmado, pero agresivo y sutil al golpear su batería. “México es otra Ciudad de la furia” y retumbó el foro con esa fundamental pieza en la historia del rock contemporáneo en castellano. Todos, absolutamente todos, la cantaron.

El temblor no podía faltar, sólo que esta vez fue una versión down tempo, que fue resaltada por los embates de los sintetizadores y samplers de Tweety González, Leandro Fresco y Leo D’ancira, quienes han acompañado a este grupo tanto en sus antiguas presentaciones, como en sus proyectos personales. Sin contar con los extraordinarios remates en el requinto de Cerati, recordando a Led Zeppelin, y su Stairway to Heaven, nomás.

“Latinoamérica hay que salir de la caja negra”, pidió Cerati al comenzar esta historia, antes de implorar que lo trataran suavemente (al interpretar Trátame suavemente) y de cantar Signos y su larguísima introducción, mostrando a flor de piel su gusto por Pink Floyd, para luego recetar un Sobredosis de tv, punzante crítica a la enajenación de ese medio.

Danza rota y Persiana americana, dos de las más pedidas, se escucharon de igual forma que en los discos, con la batería discordante de Alberti, los martillantes golpes del bajo de Bosio y el agudo requinto de Cerati, quien como Zeta cambió en cuatro ocasiones de instrumento, como los usados en sus diversos conciertos en México en las distintas etapas de promoción de sus placas.

Vinieron tres piezas del disco Dynamo: Fue, En remolinos y Primavera 0. En una pausa necesaria, Cerati sabedor de la cantidad de esmog que hay en la ciudad de México, pidió a los asistentes crear un universo de estrellas dentro del Foro Sol y de inmediato miles de luces creadas por celulares iluminaron el recinto.

Después continuaron con No existes, Sueles dejarme solo, Séptimo día, Un millón de años luz y De música ligera. Y se despidieron. Nadie se movió de su lugar hasta que de las luces volvieron a encandilar y Zeta, Cerati y Charly regresaron al proscenio ataviados con otra ropa, para regalar un versión cachonda de Disco eterno, una esperanzadora de Cae el sol (con otro remate, ahora de The Beatles, de Here Comes the Sun) y Prófugos. Cuando algunos empezaban a vivir el vía crucis que es salir del Foro Sol (salidas insuficientes), la banda interpretó Zona de promesas, Nada personal y la megadinámica Vitaminas. “Volvieron, volvieron, te dije”, remató una señora como de 50 años, quien asistió al concierto con su hijo en silla de ruedas.

Ayer, el segundo concierto de Soda en el Foro Sol.

 
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