Usted está aquí: sábado 17 de noviembre de 2007 Cultura Impulsan ciudadanos la elaboración de “un proyecto alternativo de cultura”

Se realizó la primera sesión de conferencias, en el Club de Periodistas

Impulsan ciudadanos la elaboración de “un proyecto alternativo de cultura”

Critican la “ineficacia” gubernamental para articular una política incluyente y democrática

Inaudito, que esté por finalizar el año y haya subejercicio presupuestal: Martínez Marcué

Ana Mónica Rodríguez

Definir un “proyecto alternativo de cultura” es la iniciativa que promueve un movimiento de ciudadanos y trabajadores de ese ámbito ante la “ineficacia” de las autoridades para articular una política cultural incluyente, popular y democrática, que establezca como derecho constitucional la libre y generalizada manifestación de las expresiones artísticas.

Para ello, el movimiento integrado por Trabajadores de la Cultura y Civiles en Marcha organizan una serie de conferencias –que comenzaron ayer– para dirimir, engrosar y entregar a las autoridades el proyecto Propuestas para la definición de una nueva política cultural para una nueva nación.

La cultura y los medios de comunicación, Las artes escénicas, El patrimonio cultural y las culturas populares y Las artes plásticas y la literatura son los temas a discernir cada viernes, a las 18 horas. La primera reunión se efectuó en el Club de Periodistas (Filomeno Mata 8, Centro Histórico) y las sedes siguientes todavía no se determinan.

Al finalizar el análisis de cada temática, en el que podrán participar todos los sectores de la sociedad, se formularán las conclusiones y se establecerán estrategias para la elaboración de ese proyecto alternativo, para posteriormente entregarlo a las instancias culturales y autoridades correspondientes.

Francisco Martínez Marcué, Alberto Cabañas y Cuauhtémoc Velasco –representanyes de Trabajadores de la Cultura y Civiles en Marcha– subrayaron que esta convocatoria está abierta a la sociedad, incluidos los medios de comunicación.

“Debido a la ausencia de un proyecto cultural, tanto federal como de la ciudad de México, decidimos reunirnos desde hace unos meses para ofrecer propuestas concretas a la Cámara de Diputados y a la Asamblea Legislativa y crear una política cultural de Estado”, explicaron.

Este proyecto, prosiguieron, es una primera revisión de los principios básicos que creemos debe considerar un proyecto que sustente una política cultural y educativa en el cual se plantean objetivos y aspectos sobre diversas áreas indispensables para el desarrollo de una estrategia en ese ámbito.

Conclusiones en diciembre

La asamblea de trabajadores propone “desarrollar una política cultural de Estado, coherente, que defienda el patrimonio cultural-histórico y natural tangible e intangible de la nación; que impulse la más amplia libertad cultural y una creatividad sin límites en todas las manifestaciones artísticas e intelectuales”.

También, los creativos y promotores buscan una “política que establezca el derecho constitucional a la libre manifestación de las expresiones culturales del pueblo y el acceso a los bienes culturales que ofrecen las instituciones públicas, como garantía constitucional”.

Tras la serie de conferencias, explicó Martínez Marcué, buscarán llegar a conclusiones que serán remitidas tanto a legisladores federales y locales como a las instancias que sean necesarias, “incluido el gobierno legítimo de México”.

Otro aspecto que destacó Martínez Marcué, es que el gasto real del presupuesto destinado a los rubros culturales todavía no se ha ejercido en su totalidad. “Es inaudito que esté por finalizar este año y todavía no se haya ejercido el presupuesto de 2007 que se encuentra en 50 por ciento y esto sucede porque no saben que hacer con él y porque no tienen un proyecto cultural específico”.

Cuauhtémoc Velasco, quien labora en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dijo que en cuestión del patrimonio cultural persiste “una aceptación de la comercialización, como sucedió con el caso de Chichén Itza, orientaciones que no son convenientes para la cultura. Y esto nada más responde a los intereses y bomberazos a los que las autoridades deben responder porque los lleva así la opinión pública”.

Y ejemplificó con Alfonso de Maria y Campos, titular del INAH, quien “no tiene un proyecto ni discurso propio”.

El cierre del ciclo de conferencias, en diciembre, será determinante, porque arrojará “conclusiones y resolutivos para enriquecer el proyecto con temáticas concretas” en favor de la cultura y de las manifestaciones artísticas e intelectuales.

 
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