Elvira Arellano comienza una huelga de hambre

Censuran pasividad oficial en la defensa de indocumentados

Desencuentros por intervención de la michoacana en el Parlamento de Migrantes Mexicanos que viven en EU

José Antonio Román

Severos cuestionamientos a la “pasividad” y el “silencio” del gobierno ante la política antimigrante y “racista” estadunidense se emitieron durante el primer Parlamento de Migrantes Mexicanos que viven en Estados Unidos, instancia que también pidió al Congreso de la Unión asumir una “posición más firme” de respaldo a los connacionales y la defensa de sus derechos.

En la inauguración, realizada en el salón de plenos de la Cámara de Diputados, se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en la frontera norte en su intento por cruzar hacia Estados Unidos, que este año suman casi 400.

Desde tribuna, Elvira Arellano, quien fue deportada luego de permanecer refugiada en una iglesia de Chicago durante más de un año, anunció que ayer mismo iniciaría una huelga de hambre que concluirá el próximo 12 de diciembre, en demanda de que el gobierno del presidente Felipe Calderón actúe de manera decidida en defensa de los migrantes.

Reclamos y rechiflas

Sin embargo, la presencia de Arellano y el uso de la tribuna causó molestia entre algunos líderes migrantes, incluyendo a la diputada panista Dolores González Sánchez, quien pidió la palabra y, también desde tribuna, la tachó de ir en contra de la soberanía del vecino país, que ha sabido respetar a muchos mexicanos, dijo.

Hubo rechiflas y reclamos de otros líderes migrantes, que a gritos pedían bajar a la diputada panista, quien cuenta con doble nacionalidad. La legisladora por Zacatecas dijo que México debe realizar una reforma migratoria y convertirse “en la frontera del norte de América”, pues son muchos los centroamericanos que cruzan territorio nacional para llegar sin documentos a Estados Unidos.

Concluida la ceremonia oficial, los reclamos continuaron al pie de la tribuna. Luis de la Garza y Gino Domeneghi, consejeros del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, criticaron al diputado perredista José Jacques Medina por dar la palabra a Arellano, intervención que no estaba incluida en el programa original, y porque desde su percepción tuvo un uso político partidista. “¡Eso no se vale!”, decían una y otra vez de manera airada.

Al inaugurar el acto, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, rechazó los “argumentos racistas que consideran terrorista al trabajador migrante” y las acciones que, en aras de la seguridad nacional, arremeten en contra de ellos. Comprometió al Congreso a que encuentre normas y leyes que los protejan de abusos e injusticias, pero aclaró que si se trabaja de manera coordinada se obtendrán mejores resultados y propuestas que coadyuven a la solución de los grandes problemas en este tema.

El diputado priísta José Edmundo Martínez, miembro de la comisión organizadora, destacó la importancia del Parlamento, el cual será un “parteaguas” para dar inicio a nuevas acciones que trastoquen las esferas ejecutiva y legislativa, que animen a insistir, impulsar y concretar un acuerdo sustentado en el reconocimiento de ambos países a la necesidad imperante de no seguir soslayando los derechos que legítimamente corresponden a los migrantes.

A su vez, el diputado Jacques Medina señaló que el Legislativo se ha comprometido a hacer modificaciones que sean necesarias para apoyar a los migrantes, dada la dualidad y división que ha tenido el país desde hace varios años.

Elvira Arellano, mientras tanto, pidió al Congreso no sólo escucharlos, sino actuar con firmeza para defenderlos y denunció que por años el gobierno los ha abandonado. “Cuando en Estados Unidos se nos trata como criminales y terroristas nuestro gobierno se ha quedado callado. Cuando deportan a una madre, a un niño o a un trabajador, nuestro gobierno se queda callado”, acusó la michoacana.

Hubo tres mesas de trabajo, con los temas de seguridad nacional, prosperidad y defensa de los derechos adquiridos.