Del 22 de noviembre al 9 de diciembre se realizará festival en la ciudad de México
Mediante el cine queremos erradicar prejuicios sobre los judíos: Margolis
No todos somos millonarios; hay comerciantes, músicos, filósofos, boleros y barrenderos, afirma el cineasta
Sus historias pueden aproximar a la gente a un pedazo de lo que es ese pueblo, precisa el también director del encuentro
La Cineteca Nacional, una de las sedes
Ampliar la imagen Fotograma de la película israelí Bailando por un amor, de Eitan Anner
Las historias de un pueblo milenario, sus facetas, sus narraciones (novedosas para muchos mexicanos) se podrán apreciar en la quinta edición del Festival Internacional de Cine Judío que, del 22 de noviembre al 9 de diciembre, recorrerá salas de la ciudad de México.
El objetivo esencial de este encuentro, aseguró en entrevista su director, el cineasta Aron Margolis, “es compartir con la sociedad mexicana toda la diversidad de la cultura del pueblo judío. Queremos erradicar prejuicios para entender que somos como cualquier otro, con cosas alegres, tristes, dramáticas, trágicas. Mucho se dice que es el pueblo elegido, pero tenemos experiencias que nadie quisiera en su historia”.
En México viven muchas minorías, afirma Margolis, “y el primer prejuicio que se comenta sobre éstas es que ‘son muy cerradas’. A esas minorías no las podemos conocer y eso fue una de las cosas primordiales que buscamos con el festival: externar que todos somos iguales y participamos en esta sociedad. Por ejemplo, no todos los judíos somos comerciantes, hay médicos, músicos, filósofos… y ladrones y prostitutas. Vas a Israel y hay barrenderos judíos, los boleros son judíos, pero la gente sigue creyendo que todos somos millonarios. Estamos lejos de eso. Inclusive en México hay judíos que cada mes los apoya la comunidad con una despensa para sobrevivir. Creemos, entonces, que con este encuentro cinematográfico, podremos desaparecer todos esos fantasmas. Abrimos las puertas de la casa, para que nos conozcan y luego que hagan un juicio”, aseguró.
El titular del este ciclo mencionó que “la gente tiene miedo a lo desconocido y eso, como seres humanos, es normal, hasta que no hablamos y sacamos cosas de dentro de uno, de cómo somos y cómo vemos la vida, es que nos formamos un juicio sano. Podemos tener un origen diverso, pero al final todos participamos económica y socialmente en este país, todo lo bueno y lo malo si nos conocemos mejor viviremos con mejor calidad y a ello contribuye el séptimo arte. Es una gran oportunidad para esa gente ávida de conocer, a través del cine, todo lo que rodea un pueblo. Son historias que pueden acercar a la gente a un pedazo de lo que es la cultura de nuestro pueblo. Como no leemos mucho, la vía audiovisual puede servir para esa proximidad”.
Amplia aceptación
Margolis comenzó hace cuatro años con este proyecto, con sólo nueve películas. Esperaba a tres mil asistentes en esa ocasión y su sorpresa fue que las salas de Cinemex, complejo en el que se inició esta muestra, fueron insuficientes.
Esa ocasión asistieron seis mil personas. El año pasado el festival tuvo 13 mil espectadores, “lo que se traduce en crecimiento del ciento por ciento en cuatro realizaciones; habla de algo positivo y que la gente quiere saber más de estas producciones”.
Agregó: “El festival todavía es un bebé al que hemos dejado caminar y nos indica hacia dónde quiere ir. Los cambios que ha tenido son porque hemos escuchado las opiniones de los espectadores, pues hay una retroalimentación, ya que las funciones han tenido sesiones de preguntas y respuestas con especialistas y cineastas, como seguramente habrá en esta edición.”
Entre ficciones y documentales
La selección de los casi 30 filmes, entre ficciones y documentales, es muy llamativo. Pero sin duda llaman la atención títulos como Una canción de amor y muerte, de Alemania, dirigida por Rolf Schübel, quien con imágenes de los años 30 y 90 desarrolla la historia de un triángulo amoroso ubicado en Budapest. También de ese país se proyectará Los comediantes armónicos, de Joseph Vilsmaler, basada en una historia real en el Berlín de 1927; La primera vez que tuve 20 años, producción francesa de Lorrain Levy; La pasión de la hermana Rose, de Estados Unidos, dirigida por Orden Jacoby, que trata sobre una monja y activista que pretende erradicar del Vaticano la idea de que los judíos son un pueblo deicida; Perdonando al doctor Mengele, documental israelí que narra la vida de la sobreviviente del campo de extrerminio Auschwitz, Eva Moses, y La orquesta de la paz, dirigida por Paul Smaczny, sobre la historia de la Orquesta Divan Este-Oeste en la que actúan jóvenes árabes y judíos.
El festival se realizará en los conjuntos Antara e Interlomas, de Cinemex, y la Cineteca Nacional, durante la primera semana. La segunda, se efectuará en Santa Fe y Plaza Insurgentes de Cinemex, y las salas de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional. El precio de las entradas es menor al que habitualmente se cobra en esos complejos. Para el programa completo visitar www.festivaldecinejudio.org o en esta cartelera.