Usted está aquí: jueves 15 de noviembre de 2007 Mundo Surge grupo para pedirle a Putin que continúe como “líder nacional”

El mandatario entrega el gobierno el próximo año

Surge grupo para pedirle a Putin que continúe como “líder nacional”

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Moscú, 14 de noviembre. Todo está listo para que, al margen de los partidos políticos oficialistas, se constituya este jueves una nueva organización con el exclusivo fin de solicitar, “en nombre del pueblo”, al actual titular del Kremlin, Vladimir Putin, que permanezca como “líder nacional” después de concluir su segundo periodo presidencial consecutivo en marzo de 2008.

Delegados de 84 regiones de Rusia, todos “gente de confianza”, en grupos de entre seis y ocho seleccionados con esmero por los respectivos gobernadores a petición de Moscú, tienen previsto reunirse en la ciudad de Tver para fundar el movimiento ¡En favor de Putin!

Concebida desde la Oficina de la Presidencia rusa, esta organización, que se pretende iniciativa ciudadana, es sólo una de las muchas herramientas que buscan asegurar una sola meta: que Putin, mantenga todo el poder después de entregar de modo formal a su sucesor la presidencia.

Es claro que Putin se propone dejar en el Kremlin a un mandatario débil, como podría ser el premier Viktor Zubkov, con la idea de regresar cuando quiera, en el supuesto que el sucesor renuncie por motivos de salud o cualquier otro pretexto. De ese modo podría ser postulado para dos nuevos periodos, sin tener que violar la Constitución.

Lo que aún no se decide, en el grupo compacto donde surgen y se instrumentan los planes para su permanencia en el poder, es qué posición política conviene más a Putin hasta que llegue el regreso triunfal.

Inicialmente se pensó –y todavía no está del todo descartado– que podría ser el cargo de primer ministro, en el entendido de que se produciría una suerte de enroque con Zubkov, por completo supeditado a Putin.

Pero ello, para transferir la toma de decisiones del Kremlin al gobierno, implica adaptar la legislación y sólo tendría sentido para una perspectiva de largo plazo –de aplicarse aquí una especie de modelo alemán: premier fuerte, presidente nominal–, pues sería bochornoso revertir, unos meses después de realizados, todos los cambios sólo porque Putin decidió volver a la presidencia.

Esta variante, al cabo de años, podría resultar contraproducente pues cualquier impacto negativo en la economía sería un golpe directo a la popularidad del presidente.

En este contexto, surgió la necesidad de buscar alternativas y una de ellas es convertir a Putin en “líder nacional”, una suerte de Deng Xiaoping ruso, que sería elegido por una estructura supraconstitucional como podría ser una asamblea de notables, designada por el Parlamento que surja de las legislativas del próximo 2 de diciembre y en el que se da por hecho que los oficialistas tendrán mayoría calificada de dos tercios.

Para esto el Kremlin funda el movimiento ¡En favor de Putin! y también estimula propuestas coincidentes, como la que acaba de hacer el Parlamento de la región siberiana de Sverdlovsk, que pidió a Putin “conservar el papel de líder nacional y continuar participando en la vida política de Rusia”, después de marzo de 2008.

De modo paralelo, se puede observar estos días en Rusia una peculiar competición para hacer ostentación de lealtad a Putin mediante todo tipo de ofrecimientos y peticiones al todavía jefe de Estado.

Se llega a extremos grotescos, como la carta abierta de cuatro intelectuales que ruegan a Putin permanecer un tercer periodo presidencial seguido, aunque sea violatorio de la Constitución.

Por lo pronto, el presidente Putin se hace de rogar, sin desvelar de qué manera piensa dirigir los destinos de Rusia cuando deje el Kremlin.

 
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