La Iglesia no presiona por cambios: SG
La Secretaría de Gobernación (SG) consideró que no califica de “presión” la insistencia de la Iglesia católica de que el Estado mexicano aborde el tema de la libertad religiosa, la cual, agregó, es una materia en la se debe avanzar “en el momento que así lo determinen los legisladores, que son los tendrían que hacer las reformas legales”.
En la inauguración del coloquio internacional sobre libertad religiosa, organizado por la Universidad Panamericana, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SG, Florencio Salazar Adame, puntualizó que el asunto de la libertad religiosa “no es tema fácil”, pues requiere una reflexión muy profunda, “pero desde luego es algo que los mexicanos tenemos que reconsiderar”.
Refirió que, a 15 años de realizadas las reformas al artículo 130 constitucional, en el país el gobierno federal ha mantenido un diálogo constante con todas las iglesias, “pero lo que no ha habido es un avance en las modificaciones religiosas que se comprometió el legislativo en 1992”.
En respuesta al pronunciamiento federal, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, indicó en entrevista que “por el momento” los jerarcas católicos no contemplan buscar un acercamiento con los legisladores para plantearles el tema. “Lo que pasa es que le toca a la sociedad, porque es una sociedad viva, donde hay que introducir un diálogo con todo respeto”, declaró.
En representación de Felipe Calderón, el subsecretario Salazar Adame expuso que hace 15 años el Estado mexicano reconoció la personalidad jurídica de las iglesias en el país y reglamentó esas asociaciones, lo cual significó “un importante paso para terminar con una vida de simulación, en la que ocurrían cosas que se decían que no pasaban y pasaban cosas que no querían que ocurrieran”.
El funcionario federal recordó que en el debate legislativo de enero de 1992 la Cámara de Diputados acordó la reforma al artículo 130 constitucional, “dejando un compromiso debidamente establecido y que está recogido en el Diario de los Debates. Una larguísima sesión, de más de 20 horas, que concluyó cuando un representante popular dijo que esa modificación sería gradual”.
Quince años después, precisó, “ese gradualismo legislativo no ha continuado”.