Editorial
PEF: avances y contrapesos
El lunes, tras una larga sesión en el recinto legislativo de San Lázaro, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2008 fue aprobado por el pleno de la Cámara de Diputados con 449 votos en favor, seis en contra y tres abstenciones. El monto total de recursos destinados para el año entrante asciende a 2 billones 569 mil 450 millones de pesos, lo que representa un incremento de más de 150 mil millones respecto de la propuesta presentada por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, en septiembre pasado, así como 8 por ciento de aumento en relación con el gasto adoptado para 2007.
La aprobación del paquete económico arroja elementos por demás positivos. En primer lugar, cabe destacar que el acuerdo entre los legisladores se alcanzó mediante una negociación en la que participaron las distintas fuerzas políticas del país, y con la cual se modificó la propuesta original del Ejecutivo a fin de incorporar las necesidades de diversos sectores de la población. Como saldo de este proceso de recortes y reasignaciones, se otorgaron recursos extraordinarios para las 10 entidades más pobres del país –amén de la creación de un fondo especial para la reconstrucción de Chiapas y Tabasco–, se favoreció de manera significativa el gasto social –65 por ciento del gasto programable se destinará a ese ramo– y se beneficiaron los sectores educativo y agropecuario. Además, se introdujeron candados que otorgan nuevas facultades de fiscalización a las comisiones legislativas para ejercer mejor control sobre los recursos asignados, e inclusive se les faculta para suspenderlos en caso de que se detecten irregularidades en su aplicación.
Es decir, el Legislativo ejerció con eficacia su capacidad de contrapeso frente al Ejecutivo federal, lo que le permitió introducir racionalidad y equilibrio a un proyecto presupuestario que, como señaló recientemente la asociación civil Fundar, Centro de Análisis e Investigación, privilegiaba rubros como seguridad pública y al Ejército, así como el pago de la deuda pública, en detrimento del desarrollo social y económico. La aprobación del PEF 2008 es, en suma, un avance concreto y específico, que habrá que sumar, junto con el consenso alcanzado para la Reforma Electoral, como un logro más de la actual Legislatura.
Del mismo modo ha de saludarse la reacción del Poder Judicial de la Federación, una de las instancias que verán recortados sus fondos con la implementación del nuevo paquete económico: lejos de realizar aspavientos por las restricciones presupuestales, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha manifestado su confianza en que la decisión del Congreso de la Unión se dio “conforme a las necesidades de la patria”.
Tampoco manifestó oposición al presupuesto el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, por más que saludó la aprobación presupuestal en un tono característico del festejo de logros propios, y éste no lo es: el “instrumento que permitirá al Estado mexicano aumentar significativamente los recursos públicos para atender las necesidades más apremiantes de los mexicanos y en especial de los que menos tienen” no es el que fue propuesto por Los Pinos, sino uno modificado en el Congreso, instancia a la cual corresponde el mérito inmediato y detrás de la cual hay ciudadanos que han demandado, en múltiples ocasiones, un viraje en la actual política económica.
En lo sucesivo, habrá que estar alerta y vigilar que el gobierno federal no actúe de manera discrecional en la aplicación del presupuesto: es fundamental que se respete el espíritu de la aprobación de un gasto público en el que están presentes los intereses de la sociedad.