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Indígenas del continente en la nación yaqui Guadalupe Espinoza Sauceda
Del 11 al 14 de octubre se llevó a cabo en Vícam, Sonora, el Encuentro de los Pueblos Indios de América, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la Comisión Sexta y el Congreso Nacional Indígena (CNI). De México concurrieron muchos pueblos: kikapús, cucapás, rarámuris, mixtecos, zapotecos, nahuas, triquis, tenek, zoques, totonacos, chichimecas, wirrárikas, yoremes mayos, kumiai, purépechas, amuzgos, tzotziles y los anfitriones: los yoremes yaquis; pero también representantes de Canadá, el Caribe y Sudamérica. Alrededor de 570 delegados y un buen número de observadores, nacionales y extranjeros. Mientras que el discurso de los delegados que venían de Estados Unidos y Canadá era de pueblos guerreros que están combatiendo el capitalismo, el de los delegados de Latinoamérica era más por la autodeterminación. Pero fue planteamiento común que ellos mismos tenían que hacerse respetar y cuando los estados nacionales no les reconocieran la autonomía, hacerla valer en los hechos, como en Guerrero la Policía Comunitaria, en Chiapas las Juntas de Buen Gobierno, en Oaxaca el municipio autónomo de San Juan Copala, entre otros. Cuestión muy mentada fue el derecho al territorio: todos denunciaron que agentes externos se apoderaron o quieren apoderarse de sus tierras, aguas y demás recursos naturales. Otra fue que los gobiernos son los que provocan el divisionismo. Y quedó un mensaje: que el movimiento indígena está vigente y que, con altos y bajos, en México se articula mayoritariamente en el CNI. Pero no sólo aquí hubo acciones el 12 de octubre, declarado Día de la Resistencia de los Pueblos Indígenas por la III Cumbre de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, realizada en marzo de 2007 en Guatemala; también las hubo en Bolivia, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Perú, Chile, Colombia y Cuba. Sus reivindicaciones se resumen en: luchar contra el neoliberalismo impuesto por los estados, los organismos multilaterales y las trasnacionales; exigir respeto a sus territorios y recursos naturales; rechazar tratados de libre comercio; trabajar por la construcción de estados plurinacionales, y repudiar la persecución y asesinato de dirigentes, autoridades y miembros de los pueblos indígenas. |