Pobladores de Juan de Grijalva aceptan ser reubicados
Ostuacán, Chis., 12 de noviembre. Los pobladores del ejido Juan de Grijalva acordaron abandonar definitivamente el lugar y aceptar la propuesta de las autoridades de ser reubicados a la cabecera municipal de Ostuacán, donde construirán 600 viviendas para ellos y habitantes de otras localidades asentadas a orillas del río Grijalva.
“La gente está asustada y no quiere regresar adonde llegó la muerte y la destrucción”, manifestó Roberto Sánchez, uno de los representantes del ejido, después de una reunión en la que participaron más de 100 campesinos y pobladores de Juan de Grijalva, la mayoría albergados en la cabecera municipal.
Explicó que algunos pobladores buscarán que les autoricen seguir trabajando sus tierras, es decir, vivir con su familia en la cabecera y regresar durante el día a cosechar maíz, frijol y otros productos.
En tanto, el alcalde Tomás Hernández Herrera informó que ya se buscan 25 hectáreas en las afueras de Ostuacán para construir 600 viviendas –que formarán la llamada ciudad rural Nuevo Juan de Grijalva–, a las que se pretende enviar a pobladores de varias comunidades asentadas en las orillas del Grijalva.
Expresó que por el momento se analiza la posibilidad de desalojar a habitantes de comunidades asentadas a 130 metros sobre el nivel del mar, para evitar que se ponga en riesgo su seguridad, ahora que poco a poco se abrirán las compuertas de la presa de Malpaso y el agua no podrá correr a la altura de Juan de Grijalva, debido al tapón que se formó allí el pasado 4 de noviembre por el desgajamiento de un cerro.
Hernández Herrera confirmó que hasta este lunes únicamente han sido rescatados los cuerpos de 11 de las 25 personas que desaparecieron en las aguas o quedaron bajo tierra el domingo 4.
Añadió que la prioridad “es abrir un canal sobre la tierra que tapó el río para que fluya el agua hacia la presa Peñitas, aunque la búsqueda de cadáveres en la zona no ha sido suspendida y va a seguir hasta las últimas consecuencias, para que los familiares les puedan dar cristiana sepultura”. Sin embargo, reconoció que la posibilidad de localizarlos es menor, pues ya pasaron nueve días del incidente.
Por lo mismo, este día se notó menos presencia de efectivos de la Marina, policías estatales y vecinos del lugar en lo que fue Juan de Grijalva.
Por el contrario, el número de hombres que trabajan sobre el montón de tierra que tapó el cauce del río se incrementó, pues hay prisa por abrir el canal para que corra el agua.
Funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad que están a cargo de las obras informaron que 36 máquinas pesadas son operadas las 24 horas para abrir la zanja cuanto antes. “Hoy nos dijeron que preparáramos comida para 600 personas”, señaló una de las cocineras llevadas al campamento.
Muchos pobladores de comunidades de la zona llegan por montones en busca de trabajo. “Nos han dicho que hay chamba y que están pagando bien”, comentó un campesino. “Muchos no quiere venir a trabajar, porque tienen miedo de que se vayan a romper las compuertas de la presa, pero la necesidad es grande y hay que arriesgar. Si nos morimos, ya estará de Dios”, expresó.