Inaugura De lo negro a la luz, muestra con medio centenar de obras, en el IFAL
Beatriz Zamora explora el dibujo porque es “más fluido y terrenal”
La incursión de la pintora en esa vertiente creativa fue motivada por el desalojo de su casa-taller
Toda su producción anterior se caracteriza por utilizar el color negro
Ampliar la imagen La pintora Beatriz Zamora, ayer, en el IFAL, durante la entrevista con La Jornada Foto: José Antonio López
Luego del desalojo de su casa-taller, ocurrido el 12 de julio de 2004, y reacomodada en un departamento de menores dimensiones, la “artista del negro”, Beatriz Zamora, después de superar una severa depresión, se puso a dibujar.
Medio centenar de dibujos, seleccionados de una producción de 500, se mostrarán por primera vez con el título De lo negro a la luz, exposición que hoy será inaugurada a las 19:30 horas en la galería y foyer (se muestran pinturas de mediano formato) del Instituto Francés de América Latina (IFAL), en Río Nazas 43, colonia Cuauhtémoc.
Se trata de la última exposición del año del ciclo Caminando entre Francia y México. Zamora estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de París.
En junio pasado una obra de Zamora (Distrito Federal, 1935) fue incluida en Lecciones de tinieblas, exposición colectiva de más de 40 artistas, en su mayoría franceses y mexicanos, montada en el Museo José Luis Cuevas. Su curador, Gérard-Georges Lemaire, luego vio la obra de Zamora en su nuevo hogar y le encantó.
A partir de eso, “hemos querido hacer un homenaje a Beatriz en el IFAL, por parte de la embajada de Francia”, expresa Marc Sagaert. De acuerdo con el agregado de cooperación cultural y artística, “lo que nos llamó la atención a Lemaire –curó también De lo negro a la luz– y a mí, fue la fuerza de cada uno de los dibujos. A menudo, cuando se trata de tal cantidad de obra, hay piezas más fuertes que otras. Aquí, cada obra tiene una fuerza”.
La esencia del arte siempre es la misma
–Beatriz, ¿acostumbra dibujar?
–No, no, no. Siempre hacía un cuadro chico para observar los materiales, si eran resistentes, y ver cómo funcionaba el concepto. Después, me aventaba a lo grande. Pero no agarraba el papel. Ahora, todo esto (los dibujos) se ha dado a causa del problema del desalojo.
–¿Tuvo que reducir los formatos?
–Donde vivo ahora tengo una ventana y un pedacito, donde cabe el papel nada más. No hay espacio para trabajar, me quedé con las manos vacías. Toda la obra está en una bodega en Iztapalapa, por la Cabeza de Juárez. Habría que sacarla de allí, aunque está cuidada, no puede estar allí porque está toda la tierra del mundo, arañas, ratones, basura.
–¿Qué se necesita para retirar la obra?
–Se necesita una casa grande donde quepa, donde yo pueda vivir, trabajar y restaurarla, porque fue manejada en la oscuridad por personas que no estaban capacitadas, a una velocidad de aventar las cosas.
Esas circunstancias llevaron Zamora a dibujar. Acaba de recibir la beca del Sistema Nacional de Creadores y comprometerse a producir, en los próximos tres años, igual número de libros, cada uno con 100 dibujos y un centenar de pensamientos de “lo que escribo”.
–¿Se sentó a dibujar?
–Lo hago parada.
–¿Qué le interesó?
–El pensamiento de un artista se expresa de una manera u otra. Pero la esencia siempre es la misma. El concepto del negro básicamente es el cosmos, el universo, pero el dibujo es más fluido, mundano, terrenal, más de este mundo. También ha sido como un consuelo hacer algo y ver que queda bello. No quise dibujar algo en específico, sino, digamos, todo, como recuerdos de los árboles, del aire.
Lecciones de tinieblas se exhibirá en Francia en 2009, y se pretende incluir más obras de gran formato de Zamora, además de “un muro con muchos dibujos”.