El trío regresa a México para presentarse el próximo 24 de noviembre en el Foro Sol
The Police nunca se separó; sólo tuvo un largo año sabático, dice Copeland
El grupo era como una caja dorada que controlaba nuestras vidas; volvimos a ella, pero ahora tenemos las llaves, expresa el baterista
“Ya no queríamos ser rock stars, no es real”
Ampliar la imagen Luego de 20 años nos dijimos: toquemos juntos y vistamos ropa normal, dijo el baterista en entrevista. En la imagen: Gordon Summer (Sting), Stewart Copeland y Andy Summers Foto: Ap
“The Police nunca se ha separado, sólo tuvo un año sabático un poco largo, en el cual conseguimos nuevos trabajos, nueva vida, pero en el que nunca olvidamos que pertenecíamos a este grupo. No siento que han pasado más de 20 años. Es como si en la memoria, el tiempo hubiese desaparecido; percibo como si nunca hubiéramos dejado de tocar, pareciera un sueño, es como irte a dormir y tener en mente que eres de The Police, pasa ese tiempo y te levantas y sigues siendo de The Police.”
Esto lo comentó –en entrevista vía telefónica desde Nueva York a La Jornada– Stewart Copeland, uno de los bateristas más finos en la historia del rock, parte de este trío de virtuosos que completan Gordon Summer (Sting), bajista y cantante, y Andy Summers, el guitarrista y compositor.
The Police regresa a México para presentarse el próximo 24 de noviembre en el Foro Sol, luego de ese mítico concierto ofrecido hace 27 años en un salón del Hotel de México (hoy World Trade Center), y que sólo algunos privilegiados disfrutaron de ese híbrido de punky, pop, jazz, reggae que el trío desarrollaba. Cabe señalar que Copeland creó The Police primero junto con el tristemente olvidado guitarrista Henry Padovani.
Se dice que el concierto ofrecido en 1984 en Australia (como final de su gira para promover el disco Synchronicity y sin contar con los tres realizados en 1986 para Ammistía Internacional), fue el último antes de separarse. Bueno, de dejar de tocar juntos.
Una forma de escape
–Cuando The Police dejó tocar y grabar, Stewart Copeland dijo que era como escaparse de una caja dorada.
–La caja dorada está de vuelta ahora, pero esta vez tenemos las llaves. Te explico: la caja dorada es algo que los artistas experimentan: tener un trabajo hermoso, pero el cual les impide hacer cualquier otra cosa. Nuestra vida en ese tiempo estaba controlada por la banda. Las grabaciones y conciertos eran primero y nuestras cosas personales pasaban a segundo término. La familia, el hogar… todo era sacrificado por el grupo. Y también las cuestiones artísticas individuales se sacrificaban. Tuvimos que destruir la caja de ese entonces. Reunirnos para tocar fue algo muy extraño, ahora es extraño porque era algo que se preveía normal.
Copeland, nacido el 16 de julio de 1952 e hijo de un ex agente de la CIA, es también compositor de scores (música para cine). A la par de The Police editó varios sencillos con el seudónimo Klark Kent, y posteriormente formó parte de conjuntos como Animal Logic o Oysterhead, junto al bajista y cantante de Primus, Les Claypool. También formó parte de un grupo de rock progresivo llamado Curved Air. Además cooperó tocando la batería en algunas piezas del álbum So, de Peter Gabriel. Entre sus trabajos para cine se encuentran El muchacho de la moto reina, de Francis Ford Coppola; Hablando con la muerte, de Oliver Stone, y Riff Raff, de Ken Loach, entre más de 30 trabajos.
Con The Police grabó Outlandos d’Amour y Regatta de Blanc, Zenyatta Mondatta, Ghost in the Machine y Synchronicity.
–Se dice que The Police es una de las mejores bandas en la historia del rock
–Creo que comparto su opinión.
–¿En qué lugar la coloca?
–Ese es el trabajo de ustedes los periodistas y críticos; el mío es hacer música.
Pero Copeland insiste en la represión de pertencer a una banda como esta: “Era imposible hacer cualquier otro proyecto fuera de The Police. No podías tener distracciones, nadie podía ser compositor o actor, nada que se antepusiera a lo que se hacía en la banda. Ya no queríamos ser rock stars, no queríamos ataviarnos con esa vestimenta. En mi caso, sólo quería llevar a mis hijos a la escuela y usar pantalones normales. La cuestión, luego de separarnos era qué tipo de ropa vestir y no ser un personaje público. Es un dilema de muchos músicos. Luego de 20 años nos dijimos: toquemos juntos y vistamos ropa normal.”
–¿No le gustaba más ser rock star que ser sólo un buen músico con virtuosismo?
–Por mucho prefiero lo segundo. Ser rock star no es bueno, no es real, es sólo algo que no tiene que ver con la realidad. Ser un artista, eso es real, la música es verdad. Dar giras, tomarse fotos, salir en revistas, no es real.
–También se dice que hay todo un corporativismo alrededor de las bandas exitosas como en su caso fue con The Police.
–Eso es agua turbia
Libre para disfrutar todo
–Y ¿cómo se siente ahora?
—Libre, porque ahora disfruto la música, disfruto tocar con Andy y con Sting, disfruto la respuesta del público; es realmente divertido. Mis hijos ahora se sienten orgullosos de ver que llenamos estadios, y luego ver que llego a casa: ese es un goce. Ahora son 24 horas al día de disfrute de esas cosas que no pudimos disfrutar antes. Ya no quiero dejar a mi familia, quiero disfrutar, por ejemplo, del Halloween con ellos. Ahora como compositor disfruto ser baterista de una banda y tener una vida normal. Vivo el mundo, pero mi amigo Sting no, él aún vive un mágico Stingdom (reino de Sting).
–¿Que sintió cuando volvió a tocar piezas que no interpretaba desde hace muchos años?
–Fue difícil volver a tocar nuestras rolas porque en todo lo que hacíamos no estábamos de acuerdo. Ahora necesitamos mayor concentración.
–¿Qué harán luego de terminar la gira?
–No lo sé. Creo que cada quien continuará con sus proyectos. Puedo no trabajar más, pero disfruto hacerlo. Mi carrera se ha dado en un mundo muy competitivo, así es para los compositores. Mi competencia, estará contenta porque he dejado eso por un tiempo. Creen que mi carrera como creador de canciones ha terminado, entonces ahora comenzaré a ser un bailarín (bromea).
–¿Haría una nuevo disco con canciones nuevas con The Police?
–No creo que funcione. Quizá… pero no por ahora.
–Continuará con sus scores (música para películas)
–Tengo un amigo cineasta que ha estado muy prendido con la idea de seguir trabajando juntos.
–¿Recuerda la experiencia de haber tocado en México?
–Mucho. Tengo en mi memoria esa presentación, recuerdo lo loco que fue porque el edificio se sacudía (el edificio se estaba aún terminando), recuerdo el escenario desintegrándose y los cuerpos del público volando, y por supuesto, la comida mexicana.