Sostiene que desconoce las acusaciones que lo hacen responsable de la matanza
Estoy triste por los 45 indígenas muertos, pero la PGR actuó con seriedad: Zedillo
Durante una conferencia en Madrid, el ex mandatario debió enfrentar preguntas de la prensa sobre el tema
Madrid, 6 de noviembre. El ex presidente de México Ernesto Zedillo, quien gobernaba el país durante los trágicos días de la matanza de Acteal, defendió la investigación que llevó a cabo la Procuraduría General de la República (PGR) durante su mandato, al tiempo que dijo recordar con “tristeza” la muerte de los 45 indígenas, incluidos niños y mujeres embarazadas, que fueron acribillados entonces por un grupo paramilitar.
Al ex mandatario mexicano, de visita en Madrid para la entrega de los premios anuales de la Fundación Averis, le persigue la sombra de Acteal, episodio que ensombreció los tres últimos años de su gestión y en el que hasta la fecha no se han despejado las dudas sobre la participación directa o indirecta de los aparatos del Estado mexicano, entonces bajo su responsabilidad.
“No tocaré temas de actualidad”
Zedillo acudió a una conferencia de prensa en el Casino de Madrid, con la condición de que no se le preguntara nada relacionado con la política mexicana ni de cuestiones de “actualidad”. A pesar de sus reticencias a responder a cuestiones que afectan su condición de ex presidente, como la posibilidad de que éstos pierdan la inmunidad de la que han gozado para someterse a investigaciones judiciales y parlamentarias –como está ocurriendo con Vicente Fox–, Zedillo no pudo evitar las interrogantes sobre la matanza de Acteal.
–Está próximo el décimo aniversario de la matanza de Acteal, que ocurrió durante su mandato como presidente de México y en lo que está todavía sin esclarecer la participación del Estado mexicano. ¿Cómo recuerda aquellos días?
–Recuerdo este evento (sic) con mucha tristeza y también recuerdo que el procurador general de la República llevó a cabo unas investigaciones serias, que discutió públicamente y que documentó acuciosamente. Y ojalá que la gente que tenga interés sobre este tema acuda al trabajo tan serio y profesional que en su época hizo la PGR y que atrajo casi inmediatamente. Pero mi conclusión es que es algo que todavía debe entristecernos y que debemos seguir lamentando todos.
–Diversas personas y colectivos señalan a su gobierno y a usted mismo como los responsables de la matanza, como apuntó recientemente el obispo Raúl Vera, quien consideró que usted debería ser sometido a juicio por genocidio. ¿Qué opina sobre esto?
–No conozco esas acusaciones, así que no puedo comentar sobre esa materia. Es la primera vez que escucho tal cosa, así que disculpe si no conozco el tema no opine sobre él. De lo que estoy seguro es que el gobierno de la República, la PGR, se comportó con absoluta seriedad, imparcialidad y profesionalismo en ese momento.
“Básicamente lo que me propongo, durante mi ponencia, es enfatizar que nuestros países han experimentado avances muy significativos desde aquellas difíciles épocas en que experimentamos profundas crisis financieras y cambiarias, cuando nuestros países tenían tasas de crecimiento del PIB muy menores y algunas veces erráticas. Y que los procesos de reforma que se emprendieron hace algunos años, y que en algunos casos continúan, han logrado estabilidad financiera que no habíamos conocido, una relativa estabilidad de precios si recordamos que apenas en 1990 la tasa de inflación promedio en la región fue de casi el 600 por ciento y que ahora se sitúa alrededor del 5. Y esto en un contexto de crecimiento promedio en la región también de 5 por ciento y además comenzando a ver que los índices de pobreza disminuyen y que además la distribución del ingreso comienza a mejorar en algunos de los grandes países de América Latina, como Brasil y México.
“Todo esto es muy satisfactorio. Pero también lo que quiero observar es que nuestra brecha en ingreso per cápita en relación con los países con los que preferimos compararnos es una brecha que todavía existe y que de hecho no hemos podido abatir de manera significativa. Y eso sugiere que tenemos todavía retos importantes en el campo de las reformas económicas, pero yo diría que de manera muy especial en el campo de las reformas institucionales. Me parece que el catálogo de políticas económicas que pudieran perfeccionarse en América Latina es muy amplio, así que es casi ocioso dictar ese catalogo.
“Para mí lo fundamental en este momento es abocarnos en mejorar nuestras instituciones y, de manera señalada, aquellas que tienen que ver con el estado de derecho. Desde mi punto de vista, el reto fundamental que tenemos prácticamente todos los países es el fortalecimiento del estado de derecho. Si nos abocamos a fortalecer, a ser más expeditos y más justos nuestros sistemas de justicia, esto puede tener enormes rendimientos en materia de desarrollo económico. Todos los indicadores que yo conozco de los diversos aspectos de la justicia en América Latina, salvo en el caso excepcional de Chile, muestran claras deficiencias.
“Esto, además, creo que nos colocaría en una mucho mejor situación para tomar ventaja de las oportunidades que nos está ofreciendo esta era de la economía global, y que de alguna manera América Latina no está aprovechando en la medida en que lo están haciendo otros países y otras regiones del mundo. Seguimos rezagados en relación no solamente con los países altamente desarrollados, sino en relación con otros países emergentes. Podríamos tener tasas de crecimiento mucho más altas y economías que atendieran de manera más rápida los rezagos sociales si nos interesásemos más decididamente en la economía global de mercado. Pero va a ser muy difícil que lo hagamos si no atendemos este tema de justicia y de fortalecimiento del estado de derecho.”
Brechas sociales, a pesar de las buenas cifras macroeconómicas
“Yo señalaba dos cosas: una, que nuestra brecha de desarrollo y crecimiento respecto de los países con los que nos gusta compararnos desgraciadamente no la hemos cerrado. Y desgraciadamente también esto tiene una dimensión humana muy importante, y es que el progreso que hemos hecho en abatir la pobreza en nuestra región es insatisfactorio. Hemos logrado reducir en alguna medida los índices de pobreza, pero de ninguna manera los índices de pobreza que hoy tenemos en América Latina son aceptables. Todavía tenemos una proporción muy elevada de nuestra población, prácticamente 40 por ciento, que vive en condiciones de pobreza. Además, la concentración del ingreso, que tradicionalmente ha sido muy mala en América Latina, continúa siendo mala, queriendo decir que tenemos una riqueza altamente concentrada.
“Precisamente yo vinculo este tema con el estado de derecho, porque el tema de la pobreza se resuelve en parte con mayor crecimiento económico. Esto es necesario pero no suficiente, debemos tener políticas que nos permitan una mayor inclusión de quienes han estado marginados de este proceso de crecimiento. Y parte de la respuesta a este tema de la inclusión tiene que ver con la justicia. Es complicado, pero vale la pena discutir. Por ejemplo, el principio de igualdad ante la ley no es realmente un principio que esté vigente en la práctica en nuestros países.”
Populismos
“Hace dos años había analistas externos que hacían proyecciones catastróficas respecto del futuro político y económico de América Latina, cuando estábamos a punto de iniciar un ciclo de elecciones. Lo que hemos visto ahora es que esas predicciones catastróficas de la debacle política y económica no se han producido.
“Hemos visto que, en general, los gobiernos enfrentan con seriedad las restricciones de la economía, que tratan de jugar de acuerdo con las circunstancias constitucionales en cada país. Hay excepciones, pero el balance ahora continúa siendo positivo.”
–En relación con el fortalecimiento del estado de derecho, me gustaría conocer su opinión sobre la comisión de investigación que se ha abierto al ex presidente Vicente Fox Quesada. ¿Qué opina de este tipo de procesos?, ¿cree que ni siquiera los ex mandatarios deben gozar de inmunidad?
–Yo estoy hablando solamente sobre lo relativo a reformas estructurales, no de circunstancias particulares. Por lo tanto, ese no es un tema del que me interese dar una opinión –contestó el ex presidente de México.
Corrupción y narcotráfico
“Obviamente la corrupción es un tema de estado de derecho. Por definición, corrupción es desapego al estado de derecho. Y cuando digo que tenemos serias deficiencias, obviamente me refiero a la corrupción, pero además muchos otros temas. Es la seguridad física de las personas, es el rubro de los derechos de propiedad, de la igualdad ante la ley, y la corrupción es un ejemplo más del desapego al estado de derecho. Esto tiene que ver por un lado con la incapacidad del sistema de justicia de funcionar cuando hay una patente de evidente desviación; por otro lado, tiene que ver con otras características institucionales, con el conjunto de reglas e incentivos que hacen propicia la corrupción. Ese es un tema que tiene que atacarse por los dos lados; por uno, asegurarnos que se haga valer el estado de derecho, y por otro ver cuáles son los sistemas que favorecen esas conductas de corrupción.”