Refiere en estudio que el desempeño es menor al de economías de características similares
Insuficiente, el crecimiento de México para abatir pobreza: BdeM
Cuestiona que un marco institucional inapropiado “promueva la extracción de rentas” en vez de la productividad
Rezago tecnológico y poca inversión para investigaciones, entre las causas
La economía mexicana ha mostrado en las últimas décadas un crecimiento insuficiente para abatir la pobreza, en comparación con otros países de características similares que sí han logrado tasas más elevadas, aseveró el Banco de México en un nuevo estudio divulgado esta semana.
El banco central destacó como una característica de la economía mexicana un marco institucional inapropiado “que promueve la extracción de rentas” en vez de conducir a la búsqueda de actividades que impulsen la creación de valor y el crecimiento económico.
“Los dos factores fundamentales que parecen explicar el pobre desempeño de México son la utilización de tecnologías poco productivas y el bajo nivel de capital humano del país”, explicó el Banco de México en el estudio Crecimiento y competitividad de la economía mexicana, divulgado el pasado 29 de octubre.
Una de las razones de la baja competitividad de la economía mexicana, según se desprende del estudio del banco central, radica en el bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo.
Niveles no óptimos de infraestructura
Entre las 17 naciones seleccionadas por el banco central para su estudio, México se ubica en el último puesto en gasto destinado a la investigación y el desarrollo.
En México, el gasto en investigación y desarrollo equivale en un año a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB), esto es, unos 40 mil millones de pesos a precios actuales, unos tres mil 800 millones de dólares. En Brasil, un país de desarrollo similar al de México, de acuerdo con las clasificaciones del Banco Mundial, el gasto en investigación y desarrollo equivale en un año a 0.9 por ciento de su PIB, esto es, unos ocho mil 35 millones de dólares. En Corea del Sur este porcentaje aumenta a 2.9 por ciento de su producto interno bruto, hasta alcanzar 25 mil 752 millones de dólares cada año en investigación y desarrollo.
El reporte del banco central añade que el personal dedicado a tareas de investigación y desarrollo es en México de 200 por cada millón de habitantes, mientras que en Argentina es de 800 por cada millón; en España de dos mil por millón de habitantes y en Japón, el caso más sobresaliente, de cinco mil 200 por cada millón de habitantes.
“La baja competitividad de México refleja una serie de factores adversos para el sistema productivo”, menciona el estudio. Entre ellos cita: “niveles subóptimos de infraestructura; precios no competitivos de insumos; bajo nivel de capital humano; bajas tasas de inversión, innovación y adopción de tecnologías eficientes”.
E Insiste en que “estos factores adversos a su vez reflejan un marco institucional que, en términos relativos, favorece la búsqueda de rentas en lugar de promover la creación de valor”.
Al abundar en este tema, menciona los resultados de una encuesta que levantaron el Banco de México y la Secretaría de Economía entre las principales empresas que operan en el país con inversión extranjera directa (IED). Esa muestra arrojó que 90 por ciento de las respuestas fue en el sentido de que los bancos y otras fuentes financieras son más caras en México que en otros países que compiten por IED.
Un porcentaje similar expresó que los servicios de telecomunicaciones son más caros aquí que en otras naciones que están buscando atraer IED; 60 por ciento de las respuestas fue en ese sentido en el tema de la electricidad; 55 por ciento en el caso del agua; y 50 por ciento respecto del transporte.
“Los factores adversos del sistema productivo que han conducido a una baja competitividad son a su vez consecuencia de un marco institucional inapropiado. En particular, algunas características institucionales que limitan la competitividad son: falta de competencia en la provisión de insumos básicos para la producción; y, rigideces en diversos mercados, como el laboral”, según el estudio.
El Banco de México plantea también que para mejorar la competitividad del país se requerirían políticas públicas que logren impulsar la conducción de actividades de alto rendimiento social que usualmente no son llevadas a cabo de manera óptima por el sector privado.
“En el contexto actual, el marco institucional inapropiado genera un entorno de falta de competencia, mercados rígidos y políticas públicas ineficientes que se traducen en una escasa adopción de nuevas tecnologías e ineficiente asignación de recursos que conduce a un bajo crecimiento”, añade al abordar sobre las “limitantes a la competitividad”.