Con el modelo de enseñanza semipresencial Cuba logró matrícula de 69% en 7 años
Posible, cubrir totalmente la demanda de educación universitaria: experta
En México, como en el resto de América Latina, la consolidación de un sistema de cobertura universal en educación superior es posible “si se quiere y se tiene voluntad para sacar adelante los proyectos”, aseguró la viceministra de Educación Superior de Cuba, Aurora Fernández González, quien afirmó que “no sólo es cuestión de tener recursos, sino de tener una verdadera voluntad política y de Estado”.
En Cuba, destacó, nos dimos cuenta de que uno de los principales problemas que enfrentábamos era la cobertura, que el año 2000 no superaba 34 por ciento de los jóvenes en edad de cursar el nivel universitario, por eso desarrollamos un modelo educativo semipresencial que nos permitió alcanzar una matrícula de 69 por ciento en siete años.
Con la aplicación de un programa que permitió “llevar las aulas universitarias a todos los municipios del país, utilizando la infraestructura instalada en escuelas secundarias y de bachillerato, los jóvenes que no habían logrado ingresar a la universidad por motivos laborales o por falta de una oferta educativa en sus comunidades, pueden ingresar con este modelo que ofrece clases los fines de semana”.
En este momento, agregó, tenemos poco más de 830 mil estudiantes universitarios, en comparación con los cerca de 350 mil de hace siete años.
En Cuba tenemos 65 universidades, es decir, “sólo había ese número de espacios donde ir a estudiar, y todas, excepto una, estaban en cabeceras de las provincias, y los estudiantes tenían que trasladarse desde sus municipios, pero ahora tenemos más de 3 mil, porque en los municipios hay varias sedes para estudiar”.
Señaló que este modelo semipresencial “ya está siendo estudiado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y ya llevamos tres años discutiendo este modelo con una visión autocrítica que nos permita corregir los aspectos que pudieran no funcionar del todo y ofrecer nuevas alternativas”.
Si bien reconoció que no es proyecto presencial que permite asistir cotidianamente al aula y graduarse en cinco o seis años, “sí hemos logrado que muchos jóvenes que no estaban estudiando lo hagan ahora, al potenciar aquellas carreras que se necesitan en cada municipios, como contaduría, agronomía, sicología, pues nos queda muy claro que no podemos abrir química o biología, que necesitan de grandes laboratorios que sólo están en las universidades de las capitales, pero sí aquellas como derecho o administración que no requieren de grandes instalaciones ni laboratorios”.
Nuestro interés, insistió, no es cumplir con requisitos de tiempo y forma para concluir los estudios, por lo que el modelo contempla un promedio de 10 años para sacar adelante la licenciatura, al permitir que sea el alumno quien marque el ritmo y la capacidad de su aprendizaje.
Al participar en la 38 sesión ordinaria de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que se realizó el pasado 30 de octubre en Guadalajara, Jalisco, agregó que en Cuba “nos interesa no sólo garantizar el acceso a la cobertura, pero no sirve de nada, si no tenemos pleno tránsito a los espacios universitarios y a la graduación”.