La cinta se estrenará en la Muestra Internacional de Cine, del 8 al 30 de noviembre
Quiero que Cobrador... provoque una reacción, dice Paul Leduc
A partir del libro de cuentos de Rubem Fonseca “construí una sola historia y me permití hacer una película abierta, que mantuviera atento al espectador”, expresa el cinerrealizador
“No me interesa si se dice que la cinta es buena o es mala, lo que quiero es que provoque una reacción”, asesta el cinerrealizador mexicano Paul Leduc respecto de su más reciente proyecto fílmico, Cobrador. In God we Trust (México-Argentina-Francia-Gran Bretaña-Brasil, 2006), que se estrenará el sábado 10 de noviembre en la Cineteca Nacional en la edición 49 de su muestra internacional, “ciclo fílmico de mayor tradición en nuestro país”, que se efectuará del 8 al 30 de noviembre.
Cobrador. In God we Trust, cuya génesis, expresó en entrevista con La Jornada el también director de Reed, México Insurgente, “empezó por haber leído el cuento de Rubem Fonseca, Cobrador, que me golpeó muchísimo por bueno, por cinematográfico y por los temas que toca. Como es muy breve, busqué otros cuentos de Rubem, de los llamados negros, que abordan tópicos similares, como la violencia. Busqué hilvanarlos con el cambio fundamental de locaciones, a la violencia de la globalización. Construí una sola historia y me permití otra cosa: hacer una película abierta, que provocara en primera instancia al espectador, que lo mantuviera atento.
Aseguró que “son cuentos muy tensos, que mantienen el interés, mientras los lees o los ves. Durante la hora y media de proyección el espectador está muy metido en lo que está viendo. Busqué que fuera atando los cabos sueltos que andan por ahí. Cada quien busca su explicación de acuerdo con su lógica, pero también intenté que al final tuviera una sacudida y se viera un poco obligado a repensar sus propias ideas”, añadió.
El director de Frida, naturaleza viva es lector de Rubem Fonseca, de sus novelas, de su teatro, ha visto algunas películas basadas en sus historias, como Sabanel, “pero lo que más me gusta son sus cuentos. Fonseca, mucho más que Cortázar, cuando es breve es mejor. Tiene cuentos que no llegan a la página”.
El realizador aseguró: “Quizá lo más pesado en una primera etapa fue escoger los cuentos, por donde hilvanar la nueva historia. Una vez hecho esto, fluía de ellos, porque su brevedad sugería muchas cosas que están fuera del cuento. El caso más obvio es el de la chica argentina, que es un personaje que no existe en el Cobrador. Es una línea, una alusión.
–¿Qué puede decir sobre el tema de la violencia?
–Traté que la violencia fuera lo menos catsup (sic) posible, como esas películas en las que ésta salta de la pantalla para todas direcciones. No pude evitarlo: hay dos o tres momentos… realmente sólo hay un momento en que hay sangre, y todos los demás no son ni siquiera de actos violentos en términos de balazos. Hay diálogos de una violencia brutal. Los diálogos de Peter Fonda con Dolores Heredia son brutales, por ejemplo.
“Hay personajes que plantean el tema de la violencia, como el de la fotógrafa argentina. Al final, uno nunca se siente a gusto, pero ahora que estoy en la etapa de que la película se enfrenta al público, hay dos cosas que me gustan: una, la cual he visto con públicos diferentes y en varios países, que es que no he visto a ninguna persona que se salga de la sala.
“Después, como está hecha para provocar y causar desconcierto, hay opiniones divergentes, lo cual me parece válido, pero hay una anécdota interesante, ocurrida durante el Festival de Cine de Gramado, Brasil –donde ganó el Premio Especial del Jurado–, cuando un grupo de señoras un poco extraño, que durante la conferencia de prensa del día siguiente de la exhibición, una de ellas levantó la mano y dijo que eran de Bello Horizonte y que acudían cada año al festival, pero nunca a las ruedas de prensa. Era la primera vez que iban a una. Explicó que vieron la cinta y se quedaron hasta las cuatro de la mañana discutiendo sobre la misma”.
Programación equilibrada
En su año 37 (se inició en 1970), la programación de la muestra es poco sorprendente, pero muy equilibrada. Congrega cintas de realizadores consagrados, directores incipientes, así como cuatro documentales. Comienza con la proyección de la copia restaurada del clásico Bella de día (Francia-Italia, 1967), de Luis Buñuel, la cual cumple 40 años de su estreno. Al día siguiente Bella todos los días (Portugal-Francia, 2006), del portugués Manoel de Oliveira. Además se proyectarán: Paranoid Park (Estados Unidos-Francia, 2007), de Gus Van Sant. La ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes de este año, 4 meses, 3 semanas, 2 días (Rumania, 2007), de Cristian Mungiu, entre otras.
Habrá dos circuitos de exhibición: uno que abarca una veintena de plazas en la zona metropolitana y otro que hará un recorrido por 18 ciudades en el interior del país. Ambos incluyen las principales cadenas de exhibición, así como centros educativos y culturales.
Más informes en www.cinetecanacional.net