Mónica Vázquez del Mercado encabeza la investigación desde hace cuatro años
Diseñan en la UdeG vacuna madre para prevenir el lupus
En fase de experimentación en ratones, permite avanzar en el conocimiento de ese mal, “que cada vez es más común y cuyas posibles causas son factores genéticos y ambientales”, expone
Guadalajara, Jal., 30 de octubre. De origen desconocido, pese a afectar a entre uno y cinco por ciento de la población mundial, el lupus erimatoso sistémico es una enfermedad autoinmune crónica, que genera la inflamación de tejidos y órganos debido a que el sistema inmunológico no reconoce las células del cuerpo y las ataca.
Y aunque se estima que nueve de cada 10 personas afectadas son mujeres, la enfermedad se presenta también en hombres, desde el nacimiento hasta la vida adulta; no obstante, el periodo de mayor riesgo es la etapa reproductiva, cuando la frecuencia de casos es de 12 mujeres por cada hombre.
Mónica Vázquez del Mercado, directora del Instituto de Reumatología de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y experta en el estudio de lupus en México, destacó que en 99 por ciento de los casos quienes padecen la enfermedad sufren síntomas como fiebres sin causa infecciosa, dolores articulares, cansancio, fatiga extrema y, en ocasiones, pérdida del cabello.
El lupus también es considerado una enfermedad multifactorial e incurable, caracterizada por ser de difícil diagnóstico, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otros padecimientos, lo que hace aún más “problemático detectarla en sus primeras etapas”.
Destacó que hasta hace pocos años los pacientes de lupus enfrentaban un panorama “más desalentador, porque no había muchas alternativas farmacológicas para atender los síntomas más molestos y dolorosos”. Sin embargo, dijo, hoy día se realizan nuevas investigaciones, como el desarrollo de una vacuna experimental, denominada Sm RNP murina, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG.
Señaló que luego de realizar una estadía posdoctoral en la Universidad de Standford, Estados Unidos, aprendió “a desarrollar este tipo de vacunas experimentales, y desde hace más de cuatro años trabajo con un equipo de expertos en la UdeG en el desarrollo de una vacuna madre que nos permite experimentar en ratones y avanzar en el conocimiento de la enfermedad”.
Si bien reconoció que no existe fecha precisa para tener una vacuna que garantice la prevención de la enfermedad, “lo más relevante es que damos pasos importantes para atender un padecimiento, que cada vez es más común, y que tiene entre sus posibles causas factores genéticos, pero también ambientales”.
La investigadora de la UdeG aseguró que sólo en uno por ciento de los casos el lupus es mortal, y agregó que las principales causas de muerte son las enfermedades infecciosas, pues “normalmente una persona con lupus tendrá el sistema inmune deprimido, ya que los fármacos, en particular la cortisona, tienen como objetivo atacar el sistema inmunológico”.
Otra de las causas de muerte, indicó, son las complicaciones cardiovasculares, aunque también destacó efectos secundarios del consumo de cortisona, como diabetes, osteoporosis y glaucoma.
No obstante, insistió en que diagnosticar a tiempo “permite que el paciente tenga buenas expectativas de vida, aunque los problemas que debemos enfrentar son sensibilizar a la población sobre las características de esta enfermedad y a los médicos de primera línea, es decir, de familia, que son quienes deberán detectar los primeros síntomas del padecimiento”.
Debido a que el lupus puede aparecer en cualquier etapa de la vida, destacó que investigaciones recientes han puesto en evidencia el “importante papel de las hormonas, en particular el estrógeno, ya que se sabe que es durante el embarazo cuando se tienen mayores posibilidades de manifestar la enfermedad, en el caso de que sea un paciente con factor genético latente”.
Enigmas
Vázquez del Mercado reconoció que el lupus aún guarda “muchos enigmas, porque no sabemos qué la ocasiona y además su evolución es distinta en cada paciente; es decir, puede atacar de manera muy distinta y a diferentes órganos vitales, pero también pueden ser más o menos intensos los episodios, dependiendo del caso”.
Destacó que entre los síntomas más comunes están las manchas rojas, conocidas como alas de mariposa, “porque se distribuyen en las mejillas y el puente de la nariz o en otras partes del cuerpo, como cuello, brazos, piernas, a lo que se suman alternaciones inmunológicas, que no son más que la presencia de anticuerpos en contra de las propias células”.