En diversas reuniones el funcionario de EU se esmera por desvincularla del Plan Colombia

La Iniciativa Mérida no vulnera la soberanía de México: Negroponte

“Es una respuesta a la responsabilidad compartida” de ambos países para la seguridad fronteriza

José Antonio Román

El subsecretario del Departamento de Estado de la Casa Blanca, John Dimitri Negroponte, planteó que la Iniciativa Mérida es distinta al Plan Colombia, estrategia que aplicó el gobierno de Washington en ese país sudamericano para la lucha contra el narcotráfico, pues no se contempla la presencia de tropas ni asesores militares en territorio mexicano. Esta iniciativa, dijo, no vulnera la soberanía nacional; es una respuesta a la “responsabilidad compartida” de México y Estados Unidos para garantizar la seguridad fronteriza y de sus respectivos pueblos.

En su segundo día de visita oficial a México, el funcionario del gobierno estadunidense se reunió en privado con el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora; los secretarios de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, así como con directivos de medios de información y especialistas del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, en una apretada agenda de cabildeo sobre la llamada Iniciativa Mérida.

En estas últimas reuniones, Negroponte destacó el “excelente” momento que viven las relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos, y rechazó que la iniciativa mediante la cual la Casa Blanca daría en 2008 los primeros 500 millones de dólares –de un total de mil 400 millones en los próximos tres años– para la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, infrinja la soberanía o los derechos de México.

Salón ad hoc

La noche del lunes, Negroponte, acompañado por el embajador Antonio O. Garza, se reunió por más de dos horas con los coordinadores de PRI, PAN y PRD en el Senado de la República. La Iniciativa Mérida fue el tema central del encuentro, el cual se realizó coincidentemente en el Salón Mérida, de un hotel de Paseo de la Reforma.

De acuerdo con declaraciones del senador perredista Carlos Navarrete, presente en la reunión, se solicitó una explicación de por qué la confusión que se ha generado y la opacidad que hay sobre el tema. Sin embargo, aclaró: “No le vamos a pedir al gobierno norteamericano (sic) lo que tenemos que exigir al de México”.

Además, precisó que de manera personal explicó que las “coordenadas políticas” en México han cambiado, pues ahora hay una auténtica división de poderes y la iniciativa política ya no está en Los Pinos, sino en el Congreso. “Ya no basta ir a la casa presidencial y platicar con el Ejecutivo, esa es una parte, pero si el Congreso no actúa, no es consultado y no toma decisiones, las cosas sencillamente no marcharán”.

Negroponte explicó que aun cuando la solicitud de los mil 400 millones de dólares presentada por el presidente George W. Bush para apoyar a México está en manos del Congreso estadunidense, hay confianza de que ésta pueda ser aprobada para que los recursos lleguen en los primeros meses del próximo año.

Por otra parte, se informó que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado giró ya las invitaciones para que una delegación de congresistas estadunidenses, encabezados por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Mason Reid, visite México para conocer más sobre la Iniciativa Mérida e intercambien puntos de vista sobre éste y otros temas de la agenda bilateral. La visita puede concretarse en las próximas semanas.

Durante su encuentro con los medios de comunicación, John Dimitri Negroponte pretendió siempre desvincular la iniciativa mexicana de la que su gobierno puso en marcha en Colombia, la cual incluía abiertamente la presencia militar estadunidense en ese país, e insistió en que el apoyo estará destinado a la adquisición de equipo y capacitación a las fuerzas de seguridad mexicanas, además del intercambio de información entre las diversas corporaciones policiacas para enfrentar con éxito al crimen organizado y mejorar la procuración de justicia.

El objetivo es que las corporaciones de ambos países compartan información y desarrollen investigaciones para descubrir las redes vinculadas al narco y al crimen organizado. En esta responsabilidad se incluye la tarea estadunidense de reducir el consumo de estupefacientes y evitar el tráfico ilegal, tanto de armas como de dinero en efectivo.