Usted está aquí: martes 30 de octubre de 2007 Capital Impulsan en Tlalpan plan de reordenamiento territorial

Frenar los asentamientos irregulares, propósito

Impulsan en Tlalpan plan de reordenamiento territorial

La mano de obra la aportan los colonos de Topilejo

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen Con picos y palas, familias enteras aportan su mano de obra, trazan y pavimentan sus vialidades, construyen redes de drenaje y levantan muros de contención en sus comunidades en el cerro Tepequilo, en la delegación Tlalpan Con picos y palas, familias enteras aportan su mano de obra, trazan y pavimentan sus vialidades, construyen redes de drenaje y levantan muros de contención en sus comunidades en el cerro Tepequilo, en la delegación Tlalpan Foto: Cristina Rodríguez

Ampliar la imagen A mediados de la década de los 80 los asentamientos en Topilejo comenzaron a crecer de manera anárquica. En esta imagen, aspecto de la colonia Tezontitla, en la delegación Tlalpan A mediados de la década de los 80 los asentamientos en Topilejo comenzaron a crecer de manera anárquica. En esta imagen, aspecto de la colonia Tezontitla, en la delegación Tlalpan Foto: Cristina Rodríguez

Con picos y palas, así como con otros instrumentos de albañilería, familias enteras que fincaron sus viviendas desde hace más de cuatro décadas en suelo de conservación en el cerro Tepequilo, en la delegación Tlalpan, aportan su mano de obra, trazan y pavimentan sus vialidades, construyen redes de drenaje y levantan muros de contención en sus comunidades.

Se trata de los habitantes de tres colonias: El Calvario, Tezontitla y Ampliación Tezontitla, todas del pueblo de Topilejo, que fueron seleccionadas por el gobierno delegacional para iniciar un plan piloto de reordenamiento territorial, con el compromiso de detener los asentamientos irregulares y realizar obras de mitigación del impacto ambiental.

Apostada a la vera de la calle El Calvario, que cruza el caserío de la colonia del mismo nombre, doña Delfina Cruz Guerrero, una de las habitantes más antiguas del lugar, recuerda cuando de niña sus padres levantaron su vivienda en estos terrenos. “Sólo había una vereda, todo el cerro estaba lleno de sembradíos, la gente sólo venía acá arriba a la cueva, donde decían que estaba una imagen de El Charrito, a la que le traían mole y su frutita”.

Nativa de Topilejo, esta mujer, de 52 años de edad, asegura que sus abuelos eran propietarios del cerro de Tepequilo, que compartían con otras dos familias. “Eran revolucionarios, por eso se les dio”, dice con énfasis al recordar que por las noches se alumbraban con velas, y para conseguir agua iban hasta el tanque del pueblo.

Víctor Hugo Fernández, subdirector de Recursos Naturales de la delegación Tlalpan, explica que en su origen fueron los nativos de Topilejo quienes comenzaron a poblar el cerro, pero a mediados de la década de los 80 los asentamientos comenzaron a crecer anárquicamente. “La gente llegó y puso sus linderos”.

A diferencia de otros predios irregulares, comenta que aquí no se trata de invasores a paracaidistas, sino gente que compró de buena fe, pero que no sabía que el uso de suelo no permite la construcción de casas.

Este es el caso de don Félix Monroy Alcántara, de 64 años de edad, quien pala en mano abre un camellón en la colonia Tezontitla. “Yo compré aquí en el 85, pero no finqué luego luego porque las tierras eran vírgenes y no había servicios. Después, la necesidad me obligó, aunque tardó harto en progresar”, comenta.

A decir de las autoridades delegacionales, los predios fueron seleccionados por su antigüedad, situación de riesgo o afectación de la zona federal y factibilidad de servicios, entre otras características, cuyos propietarios a cambio de poner la mano de obra tendrán como beneficio los servicios de infraestructura básica como drenaje, pavimentación, electrificación y escrituración de sus viviendas.

El ingreso promedio de la población que habita en estos asentamientos equivale a 1.8 veces el salario mínimo, y 94.6 por ciento de sus viviendas es de tipo popular, mientras que el resto son fraccionamientos campestres o residenciales.

Víctor Hugo Fernández comenta que previo a la ejecución de este modelo se analizaron los 191 asentamientos irregulares que existen en la demarcación, de los cuales siete actualmente están en vías de regularizarse, y en un número aún indeterminado sus habitantes tendrán que ser reubicados porque no es factible su permanencia.

Con ello se busca evitar nuevos desdoblamientos en el suelo de conservación, pues a la par de los trabajos de infraestructura, cada asentamiento es acordonado con una valla, agregó al reconocer que al mes se reciben hasta 80 denuncias de invasiones en áreas verdes.

 
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