Felicitaciones internacionales para Cristina Fernández
Gana el oficialismo control del Parlamento argentino
Buenos Aires, 29 de octubre. El Frente para la Victoria de la virtual presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner aseguró el control del Parlamento argentino tras ampliar de 111 a 140 la cifra de legisladores en la Cámara de Diputados, en los comicios celebrados el domingo.
La fórmula de Fernández de Kirchner suma 44.9 por ciento de votos, marcando ahora una diferencia de más de 20 puntos con Elisa Carrió, de la opositora Coalición Cívica, quien cuenta con 22.9 puntos y se ubica en segundo lugar.
Entre las primeras felicitaciones de mandatarios de los países que integran el Mercado Común del Sur, estuvo la del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien invitó a la ganadora de los comicios a visitar Brasil antes de que asuma funciones, a fin de reforzar la relación bilateral.
Otros de los mensajes fue enviado por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien hace poco compartió un acto con la legisladora chilena, Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende, derrocado y asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet en 1973.
Otros mensajes llegaron del Departamento de Estado estadunidense, de la canciller alemana, Ángela Merkel, de los gobiernos de Francia, España y de la Comisión Europea, así como de los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Venezuela, Hugo Chávez, quien “se puso a la orden” de Fernández de Kirchner.
En el conteo de votos, el economista Roberto Lavagna, de Una Nación Avanzada alcanzó 16.9 puntos porcentuales, mientras que Carrió llegó a 21.7 por ciento y finalmente admitió su derrota.
Lavagna apareció en algunos momentos del escrutinio en segundo lugar, pero en el transcurso del recuento oficial quedó confirmado como tercero. En las últimas horas el cineasta Fernando Pino Solanas se ubicó en quinto lugar con 1.6 por ciento y en esta capital con 4.04 puntos.
Un hecho insólito es que estas elecciones descolocaron al recientemente electo jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el empresario Mauricio Macri de la derechista Propuesta Republicana, quien había ganado casi con 60 por ciento de los votos a mitad de este año.
Sólo cuatro meses después, el sufragio volátil de los porteños lo transforma en un solitario, ya que en esta capital –antiperonista– ganó ayer con 37 por ciento la Coalición Cívica, que en esas circunstancias apoyó a Jorge Telerman, el aún jefe de gobierno, quien dio la espalda al kirchnerimo.
No es un dato menor, ya que a Macri le están esperando varios frentes de tormenta antes de asumir el próximo 10 de diciembre.
El triunfo de Cristina Fernández es evaluado también como una decisión de continuidad, lo que significa el apoyo a lo actuado por el presidente Néstor Kirchner, quien ascendió a la presidencia en 2003 con 22 por ciento de los votos. Aunque posblemente hubiera logrado una cifra contundente cuando se aprestaba a enfrentar entonces al ex presidente Carlos Menem en segunda vuelta, pero este se alejó ante la abrumadora evidencia de su derrota.
También Fernández de Kirchner fue el eje de los ataques de la derecha más conservadora, unida a los ex militares de la pasada dictadura. Incluso en los últimos días la mayoría de los medios de comunicación fueron la voz de la oposición y entre los últimos intentos trataron de forzar la idea del “fraude” y hasta atacaron a los encuestadores. Otros intentaron frivolizar –aquí y en el exterior– la imagen de la presidenta y ocultar su carrera política.
Ricardo Rouvier, uno de los más importantes encuestadoras de este país, reconoció que por mantener estas cifras que resultaron acertadas en la elección de ayer, varias empresas fueron amenazadas e incluso algunas hackeadas para difundir sondeos falsificados que favorecían al candidato Alberto Rodríguez Saá, apoyado por Menem.
El oficialismo también resultó ganador este año en las provincias; con los gobernadores elegidos ayer suman 19 en su favor y en los cinco restantes gobernará la oposición.
El triunfo define nuevas reglas de juego, dado que los kirchneristas consolidaron su amplia mayoría en la Cámara de Diputados, que será integrada por más de 140 legisladores, superando de esa manera los 129 diputados que se necesitan para tener quórum. Asimismo lograron mantener dominio en el Senado, que incluso se ampliará.
Entre los diputados aliados, ayer el escritor y periodista Miguel Bonasso, logró su reelección con Diálogo por Buenos Aires, un movimiento autónomo, pero que apoya al kirchenismo, aunque críticamente en algunos puntos.
Los observadores internacionales advirtieron la necesidad de renovarse en forma urgente el sistema electoral argentino, ya que las normas indican que el Correo Argentino y las juntas electorales, sólo deben mandar una cantidad de boletas “testigo” y el resto es responsabilidad de los partidos.
“El sistema electoral no puede delegar a los partidos el traslado de boletas”, dijeron.
Esto se agravó porque los grandes partidos que antes tenían fiscales en todas las mesas, al ir ahora fragmentados no estuvieron presentes en los sitios de votación, lo que produjo la falta de vigilancia y llevó a denuncias de irregularidades.
Otro de los elementos de análisis es que el triunfo kirchnerista fue respaldado en Santa Cruz, provincia donde hubo serios conflictos protagonizados por sectores de extrema izquierda, derechistas y hasta con intervención de la iglesia, y donde parecía estar gestándose “la revolución antikirchnerista”.
Asimismo la izquierda muy fragmentada prácticamente desapareció del escenario electoral y el mayor puntaje lo obtuvo Vilma Ripoll, del Movimiento Socialista de Trabajadores, con 0.76 puntos.