Ahora hasta los chuchos quieren “salvar” al espectáculo taurino: Curro Leal
El empresario de la Plaza México augura una novedosa e importante temporada grande
“Hubo una reunión secreta pero sospechosa con diputados, toreros y periodistas”, afirma
Ampliar la imagen Julián López, El Juli, en los carteles de la temporada grande Foto: Marco Peláez /Archivo
“Con muchos esfuerzos y trabas, pero con redoblado entusiasmo, vamos a ofrecerle al público aficionado una temporada grande 2007-2008 novedosa e importante, a la altura de lo mejor del mundo, sin lamentaciones o inculpaciones por las crisis recurrentes de la fiesta de toros, pero convencidos de que esta afición merece carteles de primera, con buenos toreros nacionales y extranjeros”, sostiene el matador en retiro y empresario de la Plaza México, Víctor Curro Leal.
–¿Por qué una temporada novedosa?
–Porque además de los ya conocidos y consagrados Enrique Ponce, Julián López, El Juli, y José Tomás, hemos logrado traer a otras figuras españolas del momento y desconocidas del público de la capital. Asimismo, vuelve Sebastián Castella, no sólo el torero francés más importante que ha habido, sino triunfador en cuanta plaza se presenta.
–¿Qué otras figuras importantes?
–El sevillano Manuel Jesús, El Cid, que conquistó Madrid, Sevilla y Bilbao, y a dos estupendos jóvenes de Badajoz: Alejandro Talavante, auténtica revelación en España, y Miguel Angel Perera, quienes sin duda serán del gusto de nuestro público. Regresa también Salvador Vega, que tan buen sabor dejó aquí la tarde de su confirmación, en que cortó dos orejas. Los toreros buenos gustan en todo el mundo, y si los que he mencionado han triunfado en Europa y Sudamérica, también lo harán aquí.
–¿Se seguirá privilegiando a extranjeros?
–Quiero ser muy claro: la temporada no está basada en carteles con dos extranjeros y un mexicano, como muchos han querido ver. El elenco que presentamos lo contradice. Hay por lo menos 14 toreros mexicanos anunciados que realmente interesan y otros que se irán agregando, lo que no puede ser es que se quieran inmiscuir hasta en la confección de los carteles.
–¿Por qué no aparecen…?
–Y fíjate –ataja Curro ya picado–, si un torero mexicano triunfa en un cartel al lado de dos extranjeros, se verá catapultado en plazas de los estados e inclusive de otros países. Eso no lo han querido ver los falsos nacionalistas, acostumbrados a un proteccionismo sin resultados.
–Preguntaba que por qué no aparecen El Pana, Joselito Adame...
–Desde luego que El Pana interesa, pero falta que a él le interese ponerse de acuerdo con la empresa y, sobre todo, estar en perfectas condiciones físicas y mentales para torear y respetar fechas. Se irán añadiendo otros toreros a lo largo de la temporada.
–¿Ganado de la ilusión para unos y leña para otros?
–Todas las ganaderías anunciadas son de primera y los toros de lidia no saben de pasaportes ni de nacionalidades. En el cartel inaugural, Rafael Ortega, José Tomás y Alejandro Amaya lidiarán reses de Barralva, no de la ilusión, como dices.
–¿Pero habrá carteles de dos españoles y un mexicano?
–Siempre y cuando la ley lo permita y los legisladores voten con conocimiento de causa y criterio. Ahora la fiesta se ha vuelto más importante que todos los problemas del Distrito Federal juntos, al grado de que en la Asamblea Legislativa ya se acumularon cuatro iniciativas para modificar la Ley de Espectáculos: una del PRI, otra del PAN y dos del PRD. Vamos, ni cuando se trató la despenalización del aborto los legisladores estuvieron tan activos.
“Supe de una reunión secreta en la cual Jesús Ortega, cabeza de Nueva Izquierda y candidato a la presidencia del PRD, habló con los matadores Oscar San Román y el venezolano Leonardo Benítez; los diputados Mario Saucedo e Isaías Villa, del PRD; Jorge Carlos Díaz Cuervo, de Alternativa, y el periodista Julio Téllez. Allí Ortega prometió apoyar la tardía iniciativa del asambleísta Agustín Guerrero, la cuarta, que ociosamente insiste en 50 por ciento de matadores mexicanos en cada cartel y no por temporada; apoyo, antes que por motivos ideológicos, por el parentesco entre la esposa de Ortega y el matador San Román quien amparado en ese vínculo, amenazó incluso con efectuar paros con otros sindicatos frente a la plaza, y Jesús Ortega, animado por el parentesco, pidió a sus compañeros no aprobar modificaciones a la ley”.