Afirma que sirvió la ayuda de EU, pero “se pagó con sangre de los ciudadanos”
Abatir el narcotráfico en México, más difícil que en Colombia, señala el BID
Monterrey, NL, 28 de octubre. El Plan Colombia –de lucha contra el narcotráfico– ha servido, pero se ha tenido que pagar un alto costo: sangre de los habitantes para hacer frente “al peor cáncer de una sociedad”, afirmó el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno Mejía.
El también ex embajador de Colombia en Estados Unidos (1998-2005) dijo que, gracias a ese programa, su país recibió ayuda que de otra manera difícilmente podría haber conseguido en logística, mejoramiento en áreas de seguridad, inteligencia y entrenamiento.
Con ese programa los índices de inseguridad relacionados con el narcotráfico empezaron a descender, como en Bogotá, que llegó a tener cerca de 60 homicidios por cada 100 mil habitantes y hoy son menos de 35. Medellín es otro ejemplo. Estaba considerada la capital del crimen, pues presentaba 100 asesinatos por cada 100 mil habitantes, y hoy ronda 32.
“Esto se logra cuando hay fuerzas armadas y policías bien entrenadas, pero creo que el reto para México es aún mayor, porque aquí no hay una policía nacional. En este país hay una en cada estado”, aseveró.
“El plan lleva nueve años, en los cuales ha habido una inversión muy grande, que como en el caso de México (en su momento) recae en los hombros de los habitantes. La mayor parte la hemos hecho los colombianos y, sobre todo, el mayor precio lo hemos pagado, en el caso de Colombia, con sangre, haciendo frente al narcotráfico, pero éste es el mayor cáncer de una sociedad que debe enfrentarse con decisión.”
Agregó que felicita al presidente Felipe Calderón Hinojosa “por haber encarado el tema con fuerza, porque esa es la manera de hacerlo, ya que este tipo de delitos están considerados entre los más graves”.
Invitado al acto México, cumbre de negocios, Luis Alberto Moreno señaló que esta nación goza de estabilidad macroeconómica, que se ha convertido en patrimonio de todos los mexicanos, lo cual le permite tener un blindaje ante la elevada inestabilidad de los mercados internacionales.
Hay que crecimiento sostenido con reducción de la desigualdad
El problema actual del país, consideró, no es la estabilidad macroeconómica, sino encontrar un patrón de crecimiento sostenible y balanceado, combinar el desarrollo con la reducción de la desigualdad para que haya una economía incluyente, pues si no se logra ese objetivo existe un grave riesgo de que los avances se reviertan.
Las oportunidades no se han presentado de manera homogénea en toda la economía, continuó, de ahí que elevar la competitividad sea esencial, ya que ésta no se puede basar sólo en mano de obra intensiva y bajos salarios, pues de lo contrario irá perdiendo algunos logros alcanzados.
El presidente del BID consideró que el problema de México en materia de energéticos no es si se privatizan o no, sino modernizar el sector. En ese sentido, dijo, la base es hacer cambios regulatorios para que se puedan llevar a cabo innovaciones que permitan mayor productividad y hacer uso de tecnologías limpias.
Expresó que otro reto son las telecomunicaciones, que enfrentan serios rezagos en comparación con otros países incluso latinoamericanos. México, destacó, debe aprovechar la tecnología para sacar de la pobreza a más de 25 millones de personas.
Un tercer reto es el sistema bancario, para que el crédito sea accesible y barato para medianas y pequeñas empresas, que son las que generan mayor empleo. El cuarto, dijo, es precisamente la falta de puestos de trabajo, para lo cual sugirió abatir la informalidad.
El quinto, subrayó, es la enseñanza. Aunque se ha incrementado el gasto en años recientes, éste se ha destinado a aumentar el sueldo de los profesores, mientras la calidad educativa ha disminuido en comparación con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Expuso que México puede ser pionero y líder en América Latina en lograr una plataforma de crecimiento sostenido, con aumento de los salarios reales, pero para alcanzar esos objetivos se requiere diálogo político y un pacto social entre todos los sectores, que incluya a la mayoría. Ejemplo de que ello es posible, señaló, son las recientes modificaciones electorales.