Europa y Asia defienden su producción de granos, México debe hacer lo propio: ANEC
Música y baile hoy en el Zócalo en defensa del maíz y el frijol
Campaña para recolectar un millón de firmas y sacarlos del acuerdo comercial con EU y Canadá
Los capitalinos “no hacen la conexión entre lo que se comen y lo que ocurre en el campo”
Hasta los capitalinos más urbanos reconocen que “sin maíz no hay país”. O al menos no hay tortillas en la mesa ni esquites, ni tamales, ni pozole.
Pero muchas veces no se hace la conexión entre lo que se come y lo que ocurre en el campo y el creciente número de campesinos que han tenido que emigrar a trabajar en los cultivos estadunidenses.
Este sábado, en el Zócalo de la ciudad de México, a partir de las 14 horas, se realizará un concierto que busca con el baile y la música (rock, reggae, ska, norteño, salsa, jazz, funk, hip hop, mariachi) que los asistentes se enteren de la situación en el campo y participen en la campaña de un millón de firmas por “sacar el maíz y el frijol del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, ya que a partir del primero de enero de 2008 se abrirán las fronteras para estos productos.
“Queremos extender la invitación a la gente de la ciudad, desligada del campo”, dijo Jorge Whaley, de Los músicos de José, durante el anuncio del concierto Salvemos al campo para salvar a México, en el cual participará, además de esta banda, Jessy Bulbo, Antidoping, Yucatán a Go-Go, Son de la China, la Sonora skandalera, Los de abajo (en su nueva formación, sin el vocalista Líber Terán), Jok, La apuesta, Somos uno (Tijuana), Los extraños hijos del Profe (Tijuana), Rockefeller y Mariana Fernández. También se presentará el cantante español Javier Gurruchaga, fundador de la Orquesta Mondragón.
La iniciativa forma parte de la campaña nacional en defensa de la soberanía alimentaria y la reactivación del campo mexicano “Sin maíz no hay país, sin frijol tampoco, ¡Pon a México en tu boca!”, que inició en la ciudad de México el pasado junio.
Tecnologías primitivas
La campaña (www.sinmaiznohaypais.org) busca, además de recolectar el millón de firmas, luchar por la prohibición de la siembra de “maíces genéticamente modificados con tecnologías poco probadas, primitivas y dañinas”; que “la cultura del maíz se inscriba en la lista de patrimonio oral e intangible de la humanidad; y, sobre todo, dar a conocer a nuestros hijos, vecinos, compañeros de trabajo y amigos, todas las bondades que representa el maíz”, escribió Cristina Barros, profunda conocedora de la milenaria planta, una de las más activas participantes en la campaña y columnista de este diario (La Jornada del Campo, 9 de octubre de 2007).
Hasta la fecha llevan cerca de 450 mil firmas recolectadas.
En la iniciativa participan desde intelectuales e investigadores como Barros, Marco Buenrostro y Armando Bartra, cientos de organizaciones sociales y campesinas, entre ellas Greenpeace y la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), hasta artistas, como Gael García Bernal, Cecilia Suárez y Julieta Gurrola. Todos ellos reunidos, como escribió Barros, por “el amor por la tierra, por el campo, por el maíz, por lo nuestro”.
La campaña “Comercio con justicia” (www.comercioconjusticia.com), de Oxfam Internacional, anunció que apoya “Sin maíz no hay país”.
Enrique Pérez, de ANEC, dio a conocer que también se llevará a cabo una feria nacional campesina del 8 al 10 de noviembre.
En México, 40 variedades
En México existen más de 40 razas de maíz. “Nuestros antepasados lograron esta planta tras milenios de cuidado paciente; transmitieron sus conocimientos de padres a hijos por generaciones y lograron este prodigio que asombra a los botánicos actuales”, escribió Cristina Barros.
“Hoy tenemos que unirnos para defender lo que es fundamental: la salud de la tierra que nos alimenta, el cuidado de sus ríos, mares, bosques, desiertos y lagos, porque sin ellos no hay futuro posible. Además, nos ha reunido la necesidad de defender a quienes por siglos han cuidado estos paisajes y nos han dado de comer”, siguió la investigadora.
“Entre 200 y 300 mil personas dejan de sembrar en el campo anualmente para ir a buscar fortuna más allá de la frontera”, explicó. O sea, el TLCAN no cumplió con las promesas de bienestar y progreso. Por ello “estamos en campaña para obligarlos a dar marcha atrás”.
En Europa defienden el trigo, y en Oriente el arroz: a los mexicanos toca resguardar el maíz.
Los participantes en la campaña plantean que salvar esta planta tiene que ver, sin grandilocuencia, con preservar el futuro de México.