Según documento de forense, al “cadáver 16” le extrajeron producto de casi 28 semanas
Abrieron el vientre al menos a una de las 4 embarazadas
San Cristóbal de las Casas, Chis., 26 de octubre. Por lo menos una de las cuatro mujeres embarazadas que fueron asesinadas en Acteal el 22 de diciembre de 1997 por presuntos paramilitares priístas tenía el vientre abierto cuando se le practicó la necropsia de ley, se asienta en la averiguación previa correspondiente.
El informe respecto al cadáver número 16 –todos los cuerpos fueron identificados por número–, correspondiente a Juana Pérez Pérez, de 32 años, establece: “la persona del sexo femenino falleció a consecuencia de perforación de vícera intratorascica (sic) por proyectil de arma de fuego penetrante a esta cavidad y exposición de víscera abdominal al medio ambiente a través de herida cortocontundente penetrante a cavidad abdominal”.
El documento firmado por el médico forense Jorge H. Selvas Velasco, dirigido a Horacio Martínez de los Reyes, agente del Ministerio Público, dependiente de la desaparecida Procuraduría General de Justicia del Estado, con fecha del 23 de diciembre de 1997 –un día después de los hechos–, precisa: “Abdomen: hígado, bazo, páncreas y ambos riñones sin datos de lesiones, estómago íntegro, sin datos de lesiones, vejiga vasía (sic), útero crecido a expensas de embarazo, al corte del mismo se extrae producto de la concepción de aproximadamente 28 semanas”.
El informe no especifica el tipo de arma que provocó la herida en la parte izquierda del abdomen de la indígena asesinada, pero señala que “presenta orificio de entrada de proyectil de arma de fuego de forma circular, de bordes investidos, localizada en región escapular derecha, de 9 mls. de diámetro a 7 cms. de la línea media posterior de a 1.27 mts. de la línea del plano de sustentación se observa eveceración en vasío abdominal izquierdo”. El documento se anexó a la averiguación previa número AL7C/SJI/657/97.
En el libro blanco sobre Acteal, la Procuraduría General de la República estableció: “Es importante señalar que cuatro de los cadáveres femeninos presentaron embarazo, pero ninguno presentaba lesiones cortantes de origen traumático en la región del abdomen ni en los genitales”.