Envía cuerpos rescatados a Tabasco, porque de allá eran la mayoría de los trabajadores
Pemex evade atender a los familiares de las víctimas del percance en Campeche
Parientes y amigos exigen a la paraestatal una versión “sensata de los hechos”
Ampliar la imagen Familiares de trabajadores que resultaron afectados por el accidente en la sonda de Campeche esperan información en las instalaciones de la Subprocuraduría General de Justicia del estado Foto: La Jornada
Ciudad del Carmen, Camp., 24 de octubre. Familiares, amigos y compañeros de trabajo de los obreros muertos en altamar solicitaron a Petróleos Mexicanos (Pemex) “una versión sensata de los hechos”.
En busca de información, decenas de deudos se reunieron en la Subprocuraduría de Justicia de Campeche en esta isla, donde se realizan los papeleos para la entrega de los cadáveres, pero ningún funcionario los atendió.
“Por cualquier información comuníquense al teléfono 018002281299”, les señalaron escuetamente.
Hasta las 20 horas, Pemex no había proporcionado la lista de las personas fallecidas, lo que hizo pasadas las 22 horas, y para evitar a la prensa optó por enviar los cuerpos al puerto de Paraíso, Tabasco, argumentando que más de 80 por ciento de los obreros que trabajan en las plataformas son, principalmente, de Tabasco y Veracruz.
Los familiares recuerdan que hace dos meses, antes de la llegada del huracán Dean, fueron evacuados más de 20 mil obreros de las plataformas marinas en un lapso de 48 horas. “En Carmen ya se sabía desde dos días antes que iba a entrar un norte muy fuerte, ¿por qué no tomaron previsiones?, ¿por qué los expusieron a realizar maniobras regulares?” preguntan sin que nadie les responda.
“No tomaron las medidas preventivas, los pusieron a realizar maniobras regulares a pesar de que había vientos de más de 100 kilómetros por hora y alto oleaje”, narraba una de las mujeres con ojos llorosos.
Los deudos evitaron identificarse con los reporteros pues, comentaban en voz baja, “hay personal de la Oficialía Mayor” de Pemex vigilando para impedir que la tragedia se convierta en escándalo.
Entre los dolientes se encontraba Juan Viveros, ex secretario general de la sección 42 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, cuyo guardaespaldas, el ex boxeador Leandro Manuel Hernández Pozo, se encuentra entre los muertos.
“Es una desgracia, es una mala jugada del temporal –dijo, lentamente–; por lo menos esperamos una versión sensata de los hechos, que nos digan qué es realmente lo que pasó.”
A su lado, al menos ocho personas más esperaban informes de sus familiares y exigían a Viveros, actualmente tesorero del sindicato, que requiera una investigación profunda de los hechos, pues presumen que pudiera existir negligencia o por lo menos falta de aplicación de las medidas internas de seguridad.
El presidente municipal de El Carmen, el panista José Ignacio Seara Sierra, dispuso apoyos para las personas foráneas que requirieran pasar la noche en espera del arribo de sus familiares, y reveló que algunos cuerpos fueron rescatados en costas de Tabasco, debido al fuerte oleaje.
Al mediodía, el gobernador de Campeche, Jorge Hurtado Valdez, expresó sus condolencias a los obreros fallecidos.
De acuerdo con testigos, los cadáveres de los trabajadores fueron resguardados en el anfiteatro de la procuraduría de justicia del estado, con sede en Ciudad del Carmen, pero no se permitió el paso a ningún extraño, mucho menos a representantes de los medios de comunicación.
Los trabajadores rescatados fueron atendidos en los hospitales de Pemex, del IMSS, del ISSSTE, en el general de la isla, la mayoría de ellos, de acuerdo con versiones extraoficiales, a causa de golpes y crisis nerviosas
Sin embargo, personal de la Armada de México que resguardó esos nosocomios impidió el paso de los periodistas que buscaban recoger los primeros testimonios.
Las balsas mandarinas
Algunos familiares –quienes no quisieron identificarse– dijeron que algunos obreros no murieron ahogados, sino a consecuencia de contusiones, pues las balsas salvavidas estuvieron sometidas al fuerte oleaje y debido a las volteretas se golpeaban entre sí.
Las mandarinas –llamadas así por su forma y color– son botes de rescate, algunas de las cuales –como las dos usadas en este siniestro– tienen capacidad hasta para 45 personas, traen localizador satelital y un sistema primario de navegación. Disponen de implementos de primeros auxilios y agua hasta para 72 horas.
Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción, señaló que los obreros que se salvaron abordaron esas balsas y que perecieron los que se desesperaron y saltaron al mar una vez iniciada la explosión.
Ayer, una mandarina fue localizada en la desembocadura del río San Pedro, cerca de Tabasco, con siete personas a bordo, quienes fueron rescatadas. En la otra balsa se logró el rescate de los demás obreros.