A Carso no le gustan los gremios: Hernández Juárez
En los pasados 25 años, la política económica neoliberal no sólo ha golpeado el poder adquisitivo del salario, las prestaciones y las pensiones, sino que también ha ido en contra de los sindicatos, aseguró Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, quien incluso criticó al Grupo Carso, acusándolo de valerse de los contratos de protección de Ramón Gámez para eludir sus compromisos laborales.
“En las 500 o 600 empresas con que cuenta (Grupo Carso), éste el único gremio (el de telefonistas) que tienen para enfrentar; no les gustan los sindicatos, no los permiten (…) Quien administra la mayor parte de sus contratos es Ramón Gámez, el delincuente de contratos colectivos más terrible de este país; él tiene casi todos los del Grupo Carso.”
Pero la crítica de Hernández Juárez fue más allá, y aseguró que en México “los gobernantes son retrasados mentales”, ya que “son incapaces de darse cuenta de que la política económica no funciona, porque no crecemos, no se generan empleos y el país está sumido en la mediocridad”, y aun así no viran el rumbo que lleva sólo a la acumulación de riqueza en unos cuantos, incluido –dijo– el dueño de Teléfonos de México, Carlos Slim.
“No están gobernando para la mayoría de los mexicanos; en 1982 no teníamos ningún ciudadano que fuera digno de destacar en la lista de Forbes sobre los 500 millonarios más importantes del mundo, ahora hay 200. Tenemos el cuarto lugar de millonarios en el mundo, y los telefonistas podemos decir que tenemos al hombre más rico del orbe. Para que se les hagan nudo los intestinos, les informo que Carlos Slim gana 26 millones de dólares diarios, y eso pasa en México, donde hay 60 millones que no tienen en qué caerse muertos. Entonces, ¿para quién están impulsando la política económica? ¿Para unos cuantos que se han apropiado de la riqueza nacional, o para la mayoría?”, preguntó.
Al participar en la 15 asamblea nacional de la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes), el dirigente dijo que la pérdida del poder adquisitivo es tal que mientras en 1982 un salario mínimo compraba 54 kilos de tortilla, ahora adquiere sólo cinco, y aseguró que es uno de los “más bajos del mundo” y que “compra 10 veces menos que hace 25 años; tiene 70 por ciento menos valor”.