Indígenas de Canadá y Estados UnidosJuan Trujillo Limones. Vícam, Sonora, 14 de octubre. El sol en territorio Yaqui cae fuerte. El Primer Encuentro de Pueblos Indígenas de América llega a su culminación exitosa. Los 570 delegados y delegadas de 67 grupos y naciones originarias de 12 países del continente se preparan para elaborar las conclusiones, propuestas y declaraciones conjuntas. Y mientras observadores, periodistas y militantes de la Otra Campaña preparan maletas, la pequeña Lisa juega, entre gallinas, con su madre Morning Star (Estrella de la Mañana), que pertenecen al pueblo achumawi. Ella es madre soltera y estudiante, vive con su pueblo al noreste del estado de California. Morning Star, así como Riel Manywounds (Muchas Heridas) de la nación dene, "en la llamada Columbia Británica", hablan sobre la situación y la lucha que enfrentan las comunidades y las mujeres.
"Para nosotras,
el capitalismo no funciona
y no va a funcionar"
El "progreso" y la "modernidad" en que está inmerso el pueblo de Morning Star dentro de la entidad estadunidense cuya economía es la cuarta del mundo, amenazan su sobrevivencia y dignidad. "El 98 por ciento de la población fue exterminada por la fiebre del oro, pues contaminaron nuestras aguas y asesinaron a nuestra gente, nuestras mujeres fueron violadas y nos despojaron de las tierras. Fue una política del gobierno". El manjar de empresarios, antropólogos y arqueólogos blancos parecen ser lo mismo: cerca de 450 sitios sagrados ceremoniales amenazados por la construcción de centros comerciales, y en la Universidad de Berkeley hay 40 mil restos de ancestros". Ese patrimonio sagrado no puede ser recuperado por sus legítimos herederos, pues la institución "dice que no podemos reivindicarlos. Eso es una falta de respeto a nuestros ancestros y a nosotros", explica la joven con indignación.
"En la sociedad dominante la mujer fue enseñada a ser competitiva para ver al otro como enemigo. La relación entre la niñez y la mujer ha sido una parte de nuestra cultura indígena de sobrevivencia. Es para que las mujeres sean capaces de apoyarse entre sí y ser ellas mismas. Si no fuera por el apoyo de mis compañeras, no podría hablar sobre mis sitios sagrados y conciencia, estoy agradecida de darle voz a esto", afirma Morning Star.
La toma de decisiones y la emergencia de formas de organización autónomas fueron importantes: "Hombres y mujeres estamos colonizados por una diferente forma de relación. Las mujeres decidieron que necesitaban respeto dentro del movimiento de los hombres, y crearon el Movimiento de Todas las Naciones Rojas. Es descorazonador que eso ya no está presente en muchas de nuestras comunidades".
Respecto al encuentro de Vícam comenta: "Ha sido bonito, realmente lo honro. Quiero agradecer a los miembros del colectivo zapatista Comandanta Ramona (de California) porque me proveyeron de medios para venir. Este encuentro es resultado de años de luchas de lo que nuestros ancestros habían soñado. Hay que asumir la responsabilidad de los mensajes de todas las luchas".
En diciembre próximo, las comunidades zapatistas recibirán a sus compañeras del mundo para realizar un encuentro de mujeres. La continuidad de la lucha, para la entrevistada, se centrará en ese tema: "Hemos planeando el viaje. Estamos aquí por un propósito: conectarnos con la tierra, con el otro, con nuestros objetos sagrados, para tener dignidad, espiritualidad. Y cada quién está conectado con eso en cada lucha que camina. Nosotros tenemos la pasión de hacerlo crecer porque es lo que nos mantiene juntos para hacer el cambio", finaliza.
Siguiendo la columna vertebral de las montañas en el horizonte de este pueblo yaqui hacia las montañas Rocallosas, Riel Manywounds también dice su palabra: "Pertenezco por parte de mi madre a la nación tsuu y por mi padre vengo de la nación nakazdli carrier dakelh. Mis ancestros provienen del pueblo dene".
Cuenta que antes de que llegara el hombre blanco, "la mujer tenía poder y tomaba decisiones. Nuestra gente migró a las montañas. Las mujeres sabían qué estaba sucediendo. Fue un genocidio, pero algunos sobrevivimos. Nos impusieron el alcohol, y tres cuartos de los Dene fueron asesinados por los blancos.
Una de las críticas constantes durante el encuentro, en especial del pueblo lakota omaha, fue la existencia de las reservaciones donde vive la mayoría de los indígenas. Estos espacios fueron calificados de auténticos campos de concentración. "El gobierno nos estrangula lentamente. A veces no puedes sembrar nada, no hay agua limpia. Hay gente que se mata entre sí o se suicida pues se sienten totalmente rodeados de blancos que nos odian. El capitalismo no funciona y no va a funcionar, es sólo para la gente privilegiada; esto es algo que la gente tiene que entender".
Otra situación ampliamente conocida de estos pueblos y naciones indígenas ha sido la instalación de casinos en sus territorios. Sobre el fenómeno, Riel expresa: "La idea es atraer mayor ganancia para la gente, pero el dinero no es la respuesta. Genera más problemas. Divide, la gente bebe y apuesta su dinero cada noche. Es la misma adicción al capitalismo".
Canadá no es el país pacífico que celebra la sociedad dominante. En todo su territorio hay cerca de mil mujeres desaparecidas y en los alrededores de la llamada Carretera de las Lágrimas han muerto 200, la mayoría menores de 25 años. Para la joven Riel, el fenómeno no es nuevo: "A Nosotras nos han reprimido. Cuando los varones consumaron el control del poder, se creyeron 'jefes' e instalaron el sistema de gobierno. Se emborracharon de alcohol y poder. Las mujeres no pudieron ya tomar decisiones libres, y además somos blanco de la policía desde el nacimiento".
Riel coordina junto con otros compañeros la revista Redwire, que tiene cerca de 70 mil suscriptores. Considera que con la publicación "hay más conciencia, pues hay más evidencias. La gente está viendo la realidad, el gobierno está en aprietos con esas muertes, y cada vez somos más. Tratamos de sacar la verdad a la luz para que la gente adquiera un pensamiento crítico".
Respecto a las victorias de la resistencia y al Encuentro
de Vícam expresa: "La victoria es estar vivos y con este nivel de
conciencia. Me llevo lo que aprendí del zapatismo: su disciplina
y su belleza; enseña que el poder sirve para levantarse, hacer latir
al corazón y luchar. Todas las luchas nos hacen más fuertes.
Queremos ser nosotros mismos, reconocidos, celebrar y aprender nuestra
cultura, conectados con nuestra madre tierra. Ésa es la victoria,
la del futuro de mi gente. Doy gracias a mis ancestros que ofrendaron su
sangre para nuestro destino. Mi sueño es ser conciente y que la
demás gente también lo sea para su propio proceso".