Usted está aquí: lunes 22 de octubre de 2007 Deportes Inminente aval en la ALDF de reforma que sólo beneficiará a toreros españoles

TOROS

¿Sabe Marcelo Ebrard lo que se está fraguando? ¿Alguien podría ponerlo al tanto?

Inminente aval en la ALDF de reforma que sólo beneficiará a toreros españoles

Cabildean Los Chuchos, el PRI y el PAN, una ley que excluirá a los diestros mexicanos

Lumbrera Chico

Ampliar la imagen Guillermo Martínez durante la corrida de la Feria Hidalgo, en Pachuca Guillermo Martínez durante la corrida de la Feria Hidalgo, en Pachuca Foto: Notimex

Dentro de dos domingos arrancará la temporada de invierno en la Plaza México y desde hoy el reloj entra en cuenta regresiva para la votación de la reforma que las fracciones de los tres partidos grandes afinan con el claro propósito de permitir la actuación de dos toreros extranjeros y sólo uno mexicano en los carteles más importantes del serial.

Al parecer, de nada valieron las insistentes denuncias que en este espacio dio a conocer Leonardo Páez, acerca del entendimiento entre Co$me Haces –personero de la mafia de Rafael Herrerías–, y el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), para destruir el espíritu y la letra del convenio taurino firmado entre México y España después de la guerra civil en el reino de Juan Carlos I.

Aquel precepto exigía obligatoriamente a todos los empresarios de nuestro país poner en cada cartel a dos matadores mexicanos por uno solo de importación. Era la respuesta de la torería vernácula a la conducta proteccionista de los españoles, que ante los triunfos arrolladores de diestros como Carlos Arruza, Silverio Pérez, Lorenzo Garza, Fermín Espinosa Armillita y otros, allende el Atlántico, iniciaron un boicot que nunca se atrevió a decir su nombre pero que, en los hechos, se tradujo en una progresiva exclusión de los artistas de este lado del mar en los cosos de la península avasallada entonces por Francisco Franco.

Hoy, los supuestos representantes de la progresía mexicana ya no se acuerdan de aquellas vejaciones, ni conocen la esencia del convenio que surgió para enfrentarlas. En su afán por entenderse con el entorno calderónico en todas las esferas de la política, la corriente Nueva Izquierda, o de Los Chuchos, encabezada en la ALDF por Víctor Hugo Círigo, trató de impulsar la reforma que destruiría el citado convenio invirtiendo sus términos al tolerar exactamente lo contrario: carteles con dos importados y un local.

Sin embargo, dada la tenaz resistencia de Páez a la aberrante modificación, Los Chuchos capitalinos recularon y en su relevo entraron los diputados del PRI, con un galimatías digno de las épocas en que lo políticamente correcto era decir “no nos perjudica ni nos beneficia sino todo lo contrario”. Así, con esa exhumada retórica del disparate cantinflesco que en realidad servía para encubrir medidas canallescas, fue redactado un nuevo proyecto de reforma para “garantizar” que los toreros mexicanos sigan ocupando dos lugares y los españoles uno, pero bajo una lógica distinta.

En vez de que la norma se siga respetando cada tarde, ahora la nueva disposición autorizará que hagan el paseíllo dos españoles y un mexicano en algunas corridas –las que así le convengan a la empresa–, mientras en las restantes sólo habrá mexicanos. Lo que se pretende es que al final de la temporada se saque un promedio y resulte que sí, que efectivamente, a los españoles les correspondió un riguroso 33.33 por ciento de los espacios en los carteles y a los mexicanos el restante 66.66.

Si recordamos como se han venido desarrollando las recientes temporadas de invierno en la México, no pasan de cuatro –cuando mucho– las corridas que atraen al gran público: la inaugural (aunque cada vez jala menos espectadores), la del 5 de febrero, que congrega a todos los villamelones del país, y alguna que otra. Las fechas restantes, con carteles integrados por mexicanos, repiten las pautas de los festejos novilleriles, en que los tendidos no reúnen, en el mejor de los casos, a más de 3 mil personas.

Para adobar el mole con otros ingredientes, la fracción del PAN hace, por su parte, la propuesta más sensata y digna: que vuelva el examen post morten al destazadero de la México, para que el público recupere la certeza de que los toros lidiados cada tarde eran adultos de verdad, como lo ordena el reglamento.

La gran pregunta es si, a punto de consumarse la reforma, gracias al voto de los mismos Chuchos que aliados al PRI y al PAN intentarán recortarle aún más el dinero que necesita el DF, Marcelo Ebrard seguirá de brazos cruzados, favoreciendo una medida que a fin de cuentas sólo beneficiará a Herrerías y a quienes desde Televisa lo respaldan.

¿Sabe Ebrard lo que se está tramando? ¿Alguien puede entregarle este artículo para ver si se entera y reacciona? ¿Comprende cuán dañino sería para la fiesta brava mexicana la consumación de este golpe bajo?

 
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