“Romerías, romerías”, le exigieron al funcionario al salir de un acto en Mesones
Reitera Ebrard a ambulantes que no regresarán a trabajar al Centro Histórico
Ampliar la imagen Al término del acto con la comunidad mazahua, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, fue increpado por un grupo de comerciantes ambulantes con pancartas en las que pedían romerías y espacios para vender Foto: José Antonio López
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, encaró a vendedores ambulantes que lo increparon fuera de un predio que visitó en la calle de Mesones con cartulinas en las que escribieron consignas contra la reubicación, cuestionando además la decisión de no otorgar permisos de romería, mientras coreaban: “¡Queremos trabajar!” y “¡Romerías!”.
Ebrard decidió bajar de su vehículo apenas traspasó la cochera del inmueble hacia la calle y se dirigió a los manifestantes: “¿Quién es su dirigente?”, increpó el mandatario capitalino, al tiempo que, a orden no dada, su personal de resguardo barrió de un extremo a otro a los ambulantes buscando al interlocutor. “¿Quién es tu líder?, ¿quién es el bueno?”, interrogaban a cada uno señalándolo y jalando a uno de ellos, quien se zafó dando un paso atrás: “No, yo no”, hasta que alguien gritó el nombre de Miguel Angel Huerta, dirigente de los ambulantes que ocupaban esa calle de Mesones.
“Es Miguel Angel Huerta, jefe”, comunicó a Ebrard uno de sus asistentes. “Vayan por él”, propuso el gobernante de la ciudad a los mismos manifestantes, lo que dejó desconcertados a algunos que dejaron de gritar. El escándalo cedió un poco ante la expectativa de los mismos ambulantes, que sólo atinaban a mirarse entre sí, hasta que uno de ellos respondió: “¡Yo no tengo líder!”, voz a la que secundaron otras: “¡No tenemos líder!”.
“Ah, no hay líder. Son provocadores”, espetó Ebrard, molesto por la respuesta y el redoble de la consigna: “¡Romerías, romerías!”, y dio por zanjado el desencuentro, no sin advertir a uno que tuvo de frente: “En el Centro no van a trabajar, cabrón”.
A pesar del disgusto, el jefe de Gobierno recobró la cortesía para volver a entrar a su auto, al abrirse paso sin dejar de pedir “permiso” y decir después: “Gracias” y sólo hasta que el vehículo enfiló hacia 20 de Noviembre, rumbo al antiguo Palacio del Ayuntamiento, un ambulante, envalentonado, le gritó: “¡No huyas a las necesidades del pueblo!”.
Fue la primera protesta de ambulantes ante el jefe de Gobierno a una semana del operativo 12 de octubre, para hacer cumplir el bando de la Asamblea Legislativa que prohíbe el ejercicio del comercio en vía pública dentro del perímetro A del Centro Histórico. Si bien la calle de Mesones permanecía libre de ambulantes, los que increparon ayer al mandatario capitalino salieron de la Plaza Mesones, ubicada a un costado del predio que visitó, en el número 138, para supervisar la construcción de un conjunto habitacional para indígenas mazahuas.
Inconvenientes de la autoconstrucción
La visita al predio, por otra parte, dejó al descubierto algunos inconvenientes del modelo de autoconstrucción, desde las extorsiones de patrulleros para permitir la descarga de los materiales en la vía pública, hasta las amenazas de multa y clausura de la obra por parte del IMSS, por no tener asegurados a los trabajadores, aún cuando sus faenas las realizan sin percibir sueldo ni estar bajo contrato de empresa alguna, por ser ellos los mismos beneficiarios de la obra.
Las mujeres que encabezan al grupo, junto con las del predio de Cuba 53, pidieron al jefe de Gobierno que no se corte el presupuesto de las obras por el cierre del año fiscal; apoyo para realizar las conexiones hidráulicas, sanitarias y eléctricas y que el Instituto de la Vivienda (Invi) pague a tiempo las estimaciones para la adquisición de los materiales.
El mandatario capitalino instruyó al titular del Invi, José Antonio Revah Lacouture, a que atendiera dichas demandas y se comprometió por su parte a regresar cada mes para ver el estado de avance de la obra.