Las 12 organizaciones que lo integran rechazan la compactación de programas
Pide el Conorp aumentar a $204 mil millones el presupuesto para el campo
El esquema actual favorece a pocos agricultores, comercializadores y exportadores
El Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (Conorp) sostuvo que la propuesta de incrementar a 204 mil 522 millones de pesos el presupuesto del sector para 2008, así como la solicitud de que se mantengan todos los programas existentes y no se compacten a nueve, como pretende la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, tiene como propósito evitar la profundización de la pobreza y la desigualdad en el campo.
Durante el primer congreso nacional del Conorp, realizado en la explanada de la Cámara de Diputados, los dirigentes de las 12 agrupaciones que integran el organismo señalaron que las políticas públicas y los programas para el campo han favorecido la concentración de la riqueza en unos cuantos agricultores, comercializadores y exportadores, y “año con año los campesinos enfrentan mayores obstáculos para acceder a los recursos públicos por la inadecuada e irracional aplicación del presupuesto de egresos”, y por los subejercicios que terminan en recortes de recursos.
Las reglas de operación impiden que pequeños productores accedan a programas
Federico Ovalle Vaquera, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, entregó la propuesta del Conorp a la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, y expuso que las reglas de operación de los programas y la distribución de los recursos gubernamentales de apoyo al campo se han convertido en una traba para que los pequeños y medianos productores accedan a ellos.
“Esas reglas de operación han sido diseñadas de manera unilateral por las dependencias federales y excluyen a parte significativa de campesinos, productores y unidades de producción”, dijo. Afirmó que la propuesta del Conorp de relaborar el presupuesto tiene como finalidad evitar la concentración de recursos públicos en actividades comerciales y de exportación, y que se deje sin apoyo a cientos de campesinos que producen café, hule, agave, cebada, cítricos, sorgo, trigo y arroz, así como a apicultores y ganaderos.
La propuesta del Ejecutivo federal, agregó, desaparece los programas de apoyo emergente para la producción de maíz y frijol, los fondos para estimular la competitividad, de respaldo para la adquisición de fertilizantes a productores con menos de tres hectáreas, además de los planes de diesel pesquero, de capacitación y asistencia técnica, y apoyo para niños migrantes en situación de maltrato, entre otros.
Al conocer los detalles, los asistentes al congreso dijeron que “a los más pobres nos borraron del presupuesto”. En tanto, los técnicos que los respaldan señalaron que si no hay modificaciones se dará “manga ancha a los funcionarios para que dispongan con mayor discrecionalidad de los recursos”.
Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, de la Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros, comentó que el presupuesto para el campo debe sujetarse a un viraje radical, ya que el modelo de la política asistencialista “está agotado; la pugna debe ser por un cambio de enfoque en el comercio, en el que se elimine a los intermediarios, se determine una reserva estratégica de alimentos y se impulsen tecnología, investigación y capitalización de los campesinos, además de la generación de empleos diferentes a la agricultura.
“Ya no tiene caso corretear a la liebre del presupuesto, porque es hacer de ello un negocio para los productores privados. Es un mal camino. Ahora hay que pelear por la calidad del gasto y el esquema de la política agropecuaria, donde sean beneficiados los productores y los consumidores; por eso también es importante que las organizaciones campesinas sean consideradas de interés público y que sean objeto de fiscalización”, abundó.
Lo grave es que la propuesta del gobierno es reducir sólo en 10 por ciento la pobreza alimentaria durante los próximos seis años, “esta meta es modesta e incongruente porque no se considera a quienes padecen pobreza alimentaria en el medio rural”, por eso es urgente que se aliente la producción de granos y oleaginosas básicos de acuerdo con la realidad socioeconómica para el centro-sur del país y para los agricultores con mejor desarrollo, acotó.