Califica China los encuentros de “fuerte injerencia”
Bush y el Congreso estadunidense rinden homenaje al Dalai Lama
Ampliar la imagen El líder espiritual tibetano muestra al mandatario estadunidense la medalla de oro que le entregó ayer en Washington el Congreso de Estados Unidos Foto: Reuters
Washington, 17 de octubre. El presidente George W. Bush y el Congreso de Estados Unidos rindieron hoy un homenaje sin precedentes al Dalai Lama, sin tomar en cuenta la indignación de China, que acusa al líder tibetano de peligroso separatista en el exilio.
El Dalai Lama recibió la medalla de oro del Parlamento, la mayor distinción civil que otorgan los legisladores estadunidenses, por considerarlo “Hombre de paz y de la reconciliación”, tras lo cual el gobernante de Estados Unidos pidió a China que abra una negociación con el líder espiritual y político de los tibetanos.
“Creo que es de interés para el país si China le permite el ingreso y se reúne con él”, dijo Bush tras el acto en el Capitolio, que representó la primera aparición pública de un presidente de Estados Unidos junto al líder espiritual tibetano.
Tras destacar su admiración por el Dalai Lama y “su lucha por la libertad de credo”, el presidente estadunidense afirmó que la cúpula china descubrirá “que este buen hombre es en realidad un hombre de la paz y la reconciliación”.
Escoltado por Bush y Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, el Dalai Lama aprovechó la oportunidad en el Capitolio para reiterar que no busca la independencia del Tíbet, “sino una autonomía significativa para el pueblo tibetano dentro de la República Democrática China”.
Al mismo tiempo, el Dalai Lama, de 72 años, que huyó a India tras el fracaso de la sublevación de 1959 contra el gobierno comunista de China, llamó a la tolerancia y la justicia social.
El gobierno de Pekín manifestó de nuevo su indignación por los encuentros de Bush y el Dalai Lama el martes y el miércoles en Washington, lo cual calificó de “una fuerte injerencia en los asuntos internos de China”.
Bush consideró hoy que haber recibido al Premio Nobel de la Paz 1989 no tiene por qué perjudicar las relaciones bilaterales entre ambos países.
Pero el portavoz de la cancillería china, Liu Jianchao, afirmó que “China siente un profundo resentimiento”, por lo que presentó una queja formal a Estados Unidos y lo exhortó “a corregir esos errores”.