Mueren al año 60 mil personas y se gastan $29 mil millones en su atención médica
México ocupa el lugar 15 en el mundo en la venta de cigarros, y tercero en AL
Presionan ONG para que se cumpla el Convenio Marco para la Eliminación del Tabaco
Ampliar la imagen Vendedor de cigarros en la calle de Bucareli, en el Centro Histórico de la ciudad de México Foto: José Antonio López
La venta de casi 50 mil millones de cigarros al año coloca a México en el lugar número 15 a escala mundial en este rubro, lo que para la industria tabacalera representa ingresos por 30 mil millones de pesos, informó Jesús Felipe González, integrante de la Federación Interamericana del Corazón (FIC).
En cambio, las enfermedades asociadas al consumo de tabaco representan para las instituciones públicas de salud un gasto anual aproximado de 29 mil millones de pesos y la muerte de 60 mil personas, 165 cada día.
Ante estas cifras, el Consejo Mexicano contra el Tabaquismo, la FIC, la Alianza contra el Tabaco (Acta) y la Asociación Mexicana para la Prevención de la Aterosclerosis y sus Complicaciones se pronunciaron por que el Congreso de la Unión acelere la discusión y apruebe la iniciativa de ley en la materia, por la cual se podrían garantizar espacios ciento por ciento libres de humo de tabaco en el país.
Rafael Camacho Solís, miembro de Acta, destacó que el proyecto de ley está en análisis en cinco comisiones legislativas, lo cual es inédito en la historia del Congreso. Para el experto, resulta claro que “hay mano negra” y que los intereses económicos de la industria se interpusieron para dilatar el mayor tiempo posible la discusión del proyecto.
Y es que hasta la Comisión de Justicia solicitó tener opinión sobre la iniciativa, lo mismo que la de Presupuesto y Cuenta Pública. Las comisiones que emitirán dictamen son las de Salud, Hacienda y Educación.
En conferencia de prensa, Camacho recordó que el Convenio Marco para la Eliminación del Tabaco, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, fue suscrito por México, por lo que está obligado a cumplir con las directrices que ya han sido aprobadas por 149 países, entre ellas garantizar que los lugares de trabajo cerrados, los espacios públicos techados (restaurantes y bares), así como el transporte público, serán espacios libres de humo de cigarro.
Eso significa, dijo, que la prohibición de fumar en dichos sitios deberá ser total. Aunque el convenio marco no establece un plazo para el cumplimiento de estos compromisos, el gobierno de México debería hacerlo rápido, para resarcir en algo su lastimado prestigio por el convenio con la industria tabacalera, vigente durante dos años, indicó.
También mencionó que el proyecto de ley que se encuentra en la Cámara de Diputados tiene muchas posibilidades de avanzar porque cuenta con el aval de representantes de cinco partidos políticos, e incluso de algunos senadores.
Por su parte, Jesús Felipe González resaltó que aunque los empresarios han asegurado que sus ganancias se han reducido, un informe de 2006 de Philip Morris México –una de las dos compañías que abarcan la totalidad del mercado nacional– da cuenta de lo contrario, pues reportó ingresos por 16 mil 859 millones de pesos, mientras que un año antes el monto se ubicó por encima de los 14 mil millones de pesos. Significa, apuntó, que la utilidad neta para esta firma ascendió a mil 170 millones de pesos.
Con estas cifras, México se coloca entre los tres países de América Latina que tienen el mayor consumo de cigarros, después de Colombia y Argentina. Además figura entre las naciones con mayores niveles de consumo entre adolescentes, pues tres de cada 10 fuman, resaltó González.
Al abundar sobre las afectaciones a la salud que provoca el consumo de cigarros, el especialista también resaltó que hasta 2003, 73 por ciento de las tiendas seguían vendiendo cigarros a menores de edad, lo que se suma a las actividades de promoción entre los jóvenes por parte de la industria tabacalera.
De ahí la importancia de fortalecer las leyes para garantizar espacios totalmente libres del humo. Respecto de la ley aprobada en el Distrito Federal, Sonia Meza, miembro de la FIC, comentó que es un buen paso, pero todavía insuficiente “porque tiene huecos y permite que en los restaurantes existan áreas para fumadores”.
Significa, señaló, que los dueños de esos espacios públicos tendrán que colocar separaciones físicas y sistemas de extracción de aire cuya potencia tendrá que ser equivalente a 25 veces la de un ventilador común. Lo más viable y económico es prohibir el consumo de cigarrillos en esos sitios, abundó.
Con esta medida no sólo se protege la salud de los no fumadores, sino también la de quienes son adictos al tabaco, e incluso la de los empleados de los restaurantes que por fuerza –y sin alternativa– están expuestos a esa contaminación.