El presidente interino, Raúl Castro, se abstiene de mencionar una “confederación”
Cuba proclama el despegue de la “alianza estratégica” con Venezuela
Chávez matiza sus declaraciones y habla de “un solo proyecto con la soberanía intacta”
La Habana, 16 de octubre. Cuba despidió hoy al presidente Hugo Chávez proclamando el despegue de la alianza estratégica con Venezuela como un “proyecto unitario de integración”, pero sin reaccionar en público a la iniciativa del visitante de avanzar hacia una “confederación”.
El presidente interino, Raúl Castro, acompañó el martes a Chávez al aeropuerto, quien viajó de regreso a Caracas. “Cuba y Venezuela consolidan proyecto unitario de integración”, tituló el diario oficial Granma en portada, mientras que Juventud Rebelde encabezó: “Unidos lograremos el socialismo”.
Las abundantes muestras de cortesía política y el tono de la prensa subrayan la imagen de que Venezuela, que ya tenía un lugar especial entre los aliados de Cuba, selló compromisos de largo alcance.
Venezuela es el principal socio comercial de la isla, con un intercambio de unos 3 mil millones de dólares. Aunque no hay precisiones sobre la exposición de su capital aquí, parece que ningún otro país se ha vinculado tanto a la economía cubana desde la desaparición de la Unión Soviética, hace 16 años.
En un discurso en la firma de acuerdos, el lunes, Raúl Castro dijo que “hacemos una significativa contribución al creciente proceso de unión e integración entre Cuba y Venezuela”.
En la misma ceremonia Chávez dijo que los dos países “perfectamente pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas. Una confederación: dos repúblicas en una, dos países en uno”.
“En la medida, claro, en que vayamos consolidando los pisos iniciales, hay que ir pensando en los pisos superiores; sólo lo digo como para ir pensando en esos pisos superiores: una confederación de repúblicas”.
Pero luego, en la misma intervención, el líder venezolano pareció matizar su idea cuando dijo: “Se trata de que tengamos un solo proyecto, con las particularidades de cada país, con la soberanía de cada país, eso queda intacto; pero es sumando los potenciales. Establezcamos proyectos, proyectos únicos, proyectos conjuntos en lo social”.
Como ningún líder extranjero, Chávez permaneció hablando en la cadena nacional de radio y televisión de Cuba durante casi ocho horas en dos días (con repetición desde hoy por capítulos), apareció en un video con Fidel Castro, se abrazó con Raúl y fue aclamado en las calles de Santa Clara, junto al comandante Ramiro Valdés y el vicepresidente Carlos Lage.
En un país tan sensible al lenguaje simbólico, esas imágenes transmiten el mensaje de que la relación entre los dos países tiene un anclaje en las instituciones políticas y se proyecta hacia la próxima generación de dirigentes cubanos, por lo que no depende de la estrecha amistad entre Chávez y Fidel.
Además de los acuerdos confirmados para operar una refinería, buscar petróleo y tender un cable submarino para telecomunicaciones, entre otros, el paquete de planes pactados para su estudio incluyó tres ambiciosos escenarios: a) el surgimiento de una industria petroquímica en Cienfuegos, cerca de la refinería de propiedad mixta que empezará a producir en diciembre; b) el uso extensivo de gas en la isla, a partir de la instalación de una regasificadora para tratar el combustible líquido procedente de Venezuela, y c) la construcción de un mejorador de petróleo, con la tecnología que aplica el país sudamericano para convertir su crudo extrapesado en ligero.
En contraste con ese abanico de opciones, esta inyección de recursos depende de una sola fuente, está concentrado en gran medida en el petróleo y en su mayor parte en la explotación de recursos naturales.