Cientos de connacionales han sido vejados en los aeropuertos del país europeo
Informal compromiso de España para revisar numerosas expulsiones de turistas mexicanos
Preocupa a Madrid el notable incremento del tráfico de drogas desde territorio nacional
Ampliar la imagen Patricia Espinosa, canciller de México, y Miguel Ángel Moratinos, ministro español de Relaciones Exteriores, al clausurar la octava reunión binacional México-España Foto: Notimex
Madrid, 16 de octubre. La octava reunión binacional entre España y México, que se celebra cada dos años con el objetivo de “profundizar” las relaciones diplomáticas, comerciales y culturales, finalizó hoy con un diagnóstico preocupante y un compromiso “informal” de las autoridades españolas. El diagnóstico es que el tráfico de drogas procedente de México ha aumentado notablemente en España en los años recientes, hasta el punto de que se ha convertido en una ruta preferente para los cárteles de la droga. El compromiso “informal” del gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero se refiere a “revisar” la expulsión de los turistas mexicanos en los aeropuertos españoles, que desde mayo pasado, con la entrada en vigor de la nueva normativa, ha afectado a centenares de ciudadanos que han denunciado trato vejatorio y “humillante”.
El encuentro de funcionarios de alto nivel entre México y España desarrolló una agenda amplia, en la que se abordaron asuntos relacionados con la seguridad, la lucha contra los clanes de la droga, el comercio, las inversiones, la educación y la cultura. La mayoría de estos asuntos se abordaron desde una perspectiva de seguimiento y de evaluación de la situación actual de las relaciones bilaterales en estas materias.
Al margen de la “carta de intención” que se firmó ayer para flexibilizar los requisitos para los flujos migratorios, la reunión binacional también sirvió para poner sobre la mesa un asunto que provocó malestar e indignación en nuestro país, el relacionado con la expulsión de turistas mexicanos sin causa aparente y en función de un procedimiento arbitrario y sin las debidas garantías legales.
María del Rosario Joya Cepeda, vecina de Toluca, de 28 años, profesionista y con un trabajo estable en nuestro país, fue una de las primeras ciudadanas mexicanas en sufrir el rigor de la nueva normativa del gobierno español en los centros fronterizos, creada sobre todo para evitar la llegada masiva de migrantes procedentes de América Latina. Así, esta joven mexicana fue retenida en el aeropuerto de Barcelona más de 12 horas para posteriormente ser expulsada de España y regresada a México bajo el argumento de que no cumplía con los requisitos formales de migración. Joya Cepeda denunció un trato “vejatorio” y “humillante”, que la llevó además a perder dinero que había ahorrado durante meses para encontrarse con su novio en Europa, que se encontraba estudiando un doctorado. Este caso, denunciado en La Jornada, es sólo un ejemplo de las centenares de expulsiones que ha llevado a cabo la policía española contra ciudadanos mexicanos en los meses recientes.
Ante esta situación, la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, anunció que habían conseguido crear un “mecanismo informal” con el gobierno español para evitar situaciones de este tipo. “Quisiera decir que no son mexicanos detenidos, sino más bien mexicanos que han sido regresados a México en el momento de su ingreso. Hemos acordado que estableceremos un grupo de trabajo permanente, donde el consulado y la embajada puedan estar en contacto con las autoridades del Ministerio del Interior de España, con las autoridades competentes, para poder asegurarnos que no se genere una situación en la que un mexicano sea deportado sin haber tenido contacto con las autoridades consulares. Y, al mismo tiempo, asegurarnos de que cuando se den este tipo de situaciones estén plenamente justificadas”.
En cuanto al aumento del tráfico de drogas procedente de México, el canciller español, Miguel Ángel Moratinos, señaló que “ha quedado muy claro que el narcotráfico es uno de los grandes temas en el que México y España trabajan con un compromiso firme y decidido de erradicarlo, de establecer todos los mecanismos e instrumentos para dar garantías y soluciones satisfactorias a esa plaga”.
Ambos gobiernos también acordaron compartir las instalaciones de embajadas y consulados en terceros países para tener presencia diplomática en más naciones, además de “ampliar y profundizar” en la cooperación en materia de comercio, inversión, promoción económica, financiera, agropecuaria, pesquera, alimentaria, comunicaciones y transportes, turismo, energía y medio ambiente.