El joven violado por el cura Nicolás no se da por vencido
El denunciante del cardenal Norberto Rivera ante la Corte Superior de California, Joaquín Aguilar Méndez, aseguró que la determinación del juez Elihu Berle de desechar ayer la denuncia civil contra el prelado por el presunto encubrimiento que brindó a su abusador sexual, el cura Nicolás Aguilar Rivera, no representa el fin de la causa jurídica contra el jerarca católico.
Tanto mis abogados como yo, sostuvo, mantenemos aún nuestra confianza en que Norberto Rivera deberá enfrentar a la justicia, y para ello apelaremos la decisión del juzgador, pues contamos con “grandes sorpresas”. No descartó presentar su caso ante organismos internacionales.
Tras la audiencia en el tribunal angelino, Aguilar Méndez indicó, en entrevista telefónica con La Jornada, que Berle dejó abierta la posibilidad de continuar el proceso, al mencionar que “por el momento no encontró contactos suficientes del cardenal con Los Ángeles”.
Es decir, aclaró, que contara, por ejemplo, con alguna propiedad o cuentas en la ciudad californiana. En las declaraciones que el cardenal emitió como parte del proceso que siguió el juez para determinar si tenía jurisdicción para dar entrada a la denuncia civil contra el jerarca católico, Rivera Carrera respondió que ha estado tres ocasiones en California, pero que nunca viajó allá para “atender asuntos en representación de la diócesis de Tehuacán (Puebla, cuando estuvo al frente de la misma) ni de la Iglesia católica romana”.
Su primer viaje fue a Disneylandia, en Anaheim, hace unos 20 años, y el más reciente, hace 10 años, cuando voló a Las Vegas, Nevada, para asistir a una convención, y su vuelo hizo escala en Los Ángeles. En el ínterin de esas dos visitas estuvo con un primo enfermo terminal en la ciudad citada.
Joaquín Aguilar advirtió que la decisión de Berle no exime de culpas a Rivera Carrera porque, como asentó desde que interpuso, bajo la representación legal del bufete Jeff Anderson y Asociados, la querella civil contra el cardenal, en septiembre del año pasado, éste sabía que Nicolás Aguilar había abusado de menores cuando autorizó, como obispo de Tehuacán, su traslado a Los Ángeles, en 1987. Allí el sacerdote continuó atacando sexualmente a niños y adolescentes en las parroquias donde ejerció su ministerio, Nuestra Señora de Guadalupe y Santa Agatha.
Insistió en que para él y su equipo jurídico queda abierta la posibilidad de continuar el proceso: “en las próximas semanas mis abogados apelarán de la decisión del juez y estamos dispuestos a irnos a instancias más arriba; en Estados Unidos hay organismos internacionales”.