Usted está aquí: lunes 15 de octubre de 2007 Espectáculos Dave Douglas Quintet ofreció un viaje de fino jazz adictivo

Presentó en el Teatro de la Ciudad “nueva música para trompeta, sax, acústico y percusiones”

Dave Douglas Quintet ofreció un viaje de fino jazz adictivo

El artista ofreció disculpas por lo que ha hecho su gobierno en Irak: “una guerra ilógica”

Juan José Olivares

Ampliar la imagen Dave Douglas habló con la trompeta durante su concierto en el Teatro de la Ciudad Dave Douglas habló con la trompeta durante su concierto en el Teatro de la Ciudad Foto: Francisco Olvera

Dave Douglas a la trompeta, Uri Cane en los teclados, Eric Revis en el bajo acústico, Donny McCaslin en el saxofón y Clarence Penn en la batería, propiciaron un sincrético viaje de jazz a los presentes en el Teatro de la Ciudad, la noche del sábado, en lo que fue la sexta edición del ciclo Contemporánea en Vivo.

Estos cinco músicos provenientes de Nueva York, regalaron la parte más suave de una jam session a los seguidores de música al margen de lo establecido, dícese mainstream. Antes, se escucharon las distorsiones funk de Los Dorados. Dave Douglas Quintet, como se llama el reciente proyecto de este experimentador de la trompeta, creó una especie de banda sonora de un filme, cuya historia se desarrolla en una megaurbe, como Nueva York o la ciudad de México. Luego de abrir con una dulce pieza de nombre Invocation, Dave Douglas entabló un diálogo a través del metal de su instrumento, que parecía ser de un material dúctil con el cual gesticulaba palabras de un lenguaje extraño, mutado en notas. La trompeta de Douglas escapaba del micrófono para explotar en sonidos que asemejaban el claxon de un auto, un grito, un susurro… un quejido de excitación.

Catarsis auditiva

En decibeles siempre bajos, el misterio y el significado de sus rolas (actualmente promueven el disco Meaning and Mystery) se conjugó con los huecos del teatro, con los silencios, para crear una atmósfera intimista, de esos lugares en los que disfruta tocar Douglas, como el Jazz Standard (de Nueva York) y en los cuales se puede beber el sudor del músico y oler las hormonas de la catarsis auditiva.

Douglas hizo contacto con la gente del teatro. Les ofreció disculpas por lo que ha hecho su gobierno en Irak, “una guerra ilógica. Parece que no saben que hay cosas hermosas, como las plantas, los animales, la música (…) Sólo les puedo decir que ésta es la única que nos juntará”, dijo. Se escucharía después la pieza Culture Wars.

Y habló mejor con su trompeta, y dejó hablar a sus músicos: Uri Cane dio vida a su piano eléctrico Fender Rhodes, esos maravillosos teclados con sonidos secos y penetrantes; Donny McCaslin fusionó las texturas sensuales de su sax tenor a las de la trompeta inquieta de Douglas; Clarence Penn acariciaba los tambores, bombos y platillos con sus baquetas y escobillas, mientras que Eric Revis bailaba con el bajo, cual si fuera una dama.

Fue un espectáculo minimalista. Sin parafernalia alguna. Sólo otro estilo de interpretar el jazz nuevo, sosegado, al tiempo que inteligente y penetrante. En las primeras piezas la audiencia creyó que la esperaba una estridencia martillante, como lo visto y escuchado en anteriores conciertos de Contemporánea en Vivo, pero la de Dave Douglas fue una refinada narración sonora de la música nueva para trompeta y sus variantes.

Piezas como Painter´s Way o Blues to Steve Lacy (dedicada a la memoria del extinto saxofonista y compositor) colorearon el ambiente con la armonía de los tonos pastel. “Nueva música para trompeta, sax, fender, bajo acústico y percusiones”, así definió llanamente el propio Dave Douglas a sus creaciones durante los siete años que lleva de existencia el quinteto, que se lanzó a la escena en el Village Vanguard de Nueva York y hasta la fecha continúan con esa tónica conciliadora.

Douglas ha lanzado 21 discos de música original, sin contar sus intervenciones con más de un centenar de artistas (John Zorn, Joe Lovano, Don Byron, Steve Lacy, Terry Winters, Jennifer Tipton y Tom Waits, entre muchos otros). En 2003 celebró sus 40 años con una retrospectiva en el Jazz Standard Nueva York, donde presentó 10 de sus diferentes agrupaciones.

Cambiaron la dosis

Aventurado y ecléctico, sin prejuicio al querer agradar anteponiendo su arte, Dave Douglas y su banda demostraron que ese jazz de texturas y estructuras profundas, enraizado en lo más subterráneo del panorama neoyorquino, puede enganchar con cualquier público. Una vez más, los organizadores de este ciclo cambiaron los ingredientes de su dosis musical, la cual cada vez se vuelve más adictiva para los melómanos de la ciudad de México.

 
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