Usted está aquí: lunes 15 de octubre de 2007 Capital Disfrutan capitalinos y visitantes de despejadas calles del Centro Histórico

Al descubierto, la belleza arquitectónica de la ciudad de los palacios

Disfrutan capitalinos y visitantes de despejadas calles del Centro Histórico

Laura Gómez Flores

Ampliar la imagen Vendedores ambulantes denominados toreros ofrecieron ayer mercancías de todo tipo en las calles de Corregidora y Correo Mayor en el Centro Histórico Vendedores ambulantes denominados toreros ofrecieron ayer mercancías de todo tipo en las calles de Corregidora y Correo Mayor en el Centro Histórico Foto: Jesús Villaseca

Por primera vez en varios años, miles de capitalinos y visitantes nacionales y extranjeros disfrutaron un domingo en el Centro Histórico sin vendedores ambulantes, sin música ruidosa, sin tener que esquivar puestos colocados hasta en tercera fila en Eje Central o pisar la mercancía tendida en el piso en las calles Corregidora o Correo Mayor.

Otros más conocieron las bellezas arquitectónicas que son los museos, iglesias antiquísimas y restaurantes ubicados a espaldas de Palacio Nacional.

Unos más, compradores asiduos de artículos de mercería y bonetería en la calle de Venustiano Carranza desconocieron el lugar al que por más de 10 años han acudido para comprar la lentejuela, figuras de madera o cristal, el fieltro, la chaquira y el encaje necesario para la elaboración de las figuras de Halloween y Navidad, que adornarán sus hogares.

“Es increíble cómo una calle que pisas cada semana puede cambiar tanto sin gente que te impida acceder a los establecimientos por sus puestos tubulares, sus mantas tendidas en el suelo o sus grandes cartulinas ofreciéndote todo tipo de mercancía”, comentaron Luisa y María, que con sus grandes bultos se desplazaban con facilidad en la acera que, a diferencia de hace unos días, lucía impecablemente limpia.

Un grupo de turistas japoneses fue conducido por primera vez a esas calles, por su guía, quien les explicaba que no había ningún peligro porque la policía estaba presente en las 26 vialidades que confluyen en el conocido perímetro A del Centro Histórico y podrían llevarse a sus ciudades unas fotografías “únicas de edificios que no han sido vistos por muchísimos años”, lo cual convenció al grupo.

Después de unos minutos pudieron comprobar lo que les decían y de inmediato sacaron sus cámaras fotográficas y de video, dejando atrás a su guía, quien trataba de agruparlos sin éxito, pues los edificios ubicados detrás de Palacio Nacional son hermosos, pero con “tanto vendedor habían perdido su esplendor y dejado de ser importantes para las visitas guiadas”, dice Ernesto, quien rememora los años 60 y 70, cuando su padre lo traía de la mano a caminar por el “corazón” de la ciudad.

Varios de los vendedores reubicados reconocen que no han tenido las ventas esperadas, lo cual ha provocado que estén toreando en algunas de las calles desalojadas el viernes pasado, pero con el temor a ser detenidos por los elementos de la Unidad de Protección Ciudadana que recorren a pie y en patrulla la zona las 24 horas del día.

Confiaron en que las autoridades capitalinas, reconociendo esta situación, les otorgarán los permisos para las romerías, que inician el próximo sábado y concluyen el 7 de enero, para sacar su mercancía mientras se “aclientan porque la gente no está acostumbrada a entrar a un plaza, sino a comprar a su paso al trabajo, la escuela o la diversión; y esto nos está pegando muchísimo en tan corto tiempo”.

“Además no pueden negarnos nuestro derecho a un trabajo digno, como es el comercio en vía pública”, comentaron Luis, Leticia, Fausto, Juan y Nicolás, quienes veían pasar a la gente frente a su actuales plazas, pero sin entrar, siquiera a mirar, porque “no hay difusión de dónde estamos y qué estamos vendiendo, lo cual puede llevarnos al fracaso y obligarnos a salir nuevamente a ocupar las calles”.

Pidieron al Gobierno del Distrito Federal dar difusión a las nuevas plazas y “no sólo incrementar la fuerza pública para intimidarnos y, en caso de arriesgarnos a torear, conducirnos ante la autoridad correspondiente, aunque en estos días, reconocieron, sí lo hemos hecho, pues tenemos que comer y las ventas están por la calle, cuando antes los fines de semana eran los mejores”, dijeron.

 
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