Temor de que se reactiven viejos acuerdos de carácter militar en la región
Alertan sobre una base estadunidense para estudios nucleares en Tierra del Fuego
Buenos Aires, 14 de octubre. En coincidencia con la posición tomada por el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, quien advirtió que la soberanía sobre el Amazonas “es inegociable”, sindicatos de Tierra del Fuego advirtieron del peligro que representa la instalación de una base de Estados Unidos para “estudios nucleares con fines pacíficos” en Tolhuin, extremo sur de Argentina.
Jobím, desde Brasil, salió al paso de las recomendaciones que hizo el indio Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas –designado premio Nobel de la Paz junto al ex vicepresidente estadunidense Al Gore–, quien había sugerido la creación de un tratado internacional para garantizar la protección de la Amazonia.
Este fue el primer chispazo fuerte en el tema del Premio Nobel, en momentos en que diversas organizaciones y pueblos de América Latina luchan contra la grave devastación del medio ambiente, que ya es un problema de sobrevivencia.
Jobim sostuvo que “los brasileños saben cuidar lo suyo”, recordando que no se pueden recibir recomendaciones de India o de Europa, que lo han destruido todo.
Pachauri había dicho que no opinaría “sobre lo que debe hacer el gobierno brasileño”, al señalar que las selvas “como el Amazonas son las mayores fuentes naturales para la captación del carbono” y que en el futuro “debemos tener políticas claras y un acuerdo internacional para garantizar que la protección forestal aumente en el mundo”.
Precisamente Jobim estaba visitando unidades militares en la frontera con Colombia, mientras que la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, también se enfrentó a las objeciones de Pachauri respecto de la producción de biocombustibles “y su posible impacto en el aumento de los precios de los alimentos a escala global”.
En el caso del Amazonas hay una posición general sobre su defensa en Brasil, pero el tema de los biocumbustibles es muy debatido dentro y fuera de ese país, después que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva lanzó este año, junto a su par estadunidense, George W. Bush, un programa para impulsar plantaciones y producir biocombustibles para exportar a Esatados Unidos, lo que es rechazado por organizaciones sociales, políticas y humanitarias.
En tanto, en Tierra del Fuego existe un decreto provincial del gobierno de esa provincia, que cedió tierras para la instalación de una base estadunidense que se supone realizará “estudios nucleares con fines pacíficos”.
Esto llevó a la sanción de una ley emitida por la Cámara de Diputados en 1998, en cuyos anexos se contempla que “podrán realizarse explosiones nucleares subterráneas con fines pacíficos”.
El decreto 1369 autoriza la instalación de una base del Sistema Internacional de Vigilancia para la Prevención y Prohibición de Ensayos y Explosiones Nucleares, invoca para tal fin a la ley nacional 25022 de 1998 y habilita para “los integrantes de esta base el libre tránsito por la provincia, si así lo requieren para sus estudios”.
De esta manera cualquier movimiento de Estados Unidos en la instalación o reinstalación de bases militares o de tropas vuelve a reavivar los temores en diversos sectores de la isla de Tierra del Fuego, dispuestos a impedir una presencia estadunidense en el lugar.
Los sindicatos denunciantes advierten que “decisiones como estas o las que en Paraguay otorgaron inmunidad total a las tropas estadunidenses en ese país (en 2005) afectan gravemente a la región”. Esto se agrava ante la escalada belicista del gobierno de Estados Unidos en el mundo, con el argumento de la guerra contra el terror.
En días recientes diversas organizaciones sociales y humanitarias han demandado que se hagan públicas las “conferencias hemisféricas” sobre “seguridad” y otros temas relacionados, realizadas “sin que se conozcan los acuerdos que afectan y violan la soberanía de las naciones”.
Alertan asimismo sobre los movimientos que podrá hacer Estados Unidos después que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció que no será renovado el “convenio” inconstitucional que adjudicó a ese país la base militar de Manta.
Hay temores sobre el hecho de que al reacomodar Estados Unidos sus bases, optando por Perú o Colombia para trasladar Manta, haya otras acciones que comprometan a la región o se reactiven viejos acuerdos de carácter militar.
Los analistas sobre temas militares señalan que una base en Colombia que se agregaría a las que ya existen en ese país podría ser planeada para “controlar todas las operaciones” –no sólo relacionadas con ese país– sino “con todo tipo de actividades políticas soberanas que se realicen en América Latina y en el Caribe”, con lo que extendería al resto de los países de la región el Plan Colombia y sus sucédaneos.
Esa sería una forma de militarización encubierta en América Central, montada sobre los tratados de libre comercio con Estados Unidos, como el Cafta, que involucra a los países del istmo.
Un alerta roja se ha encendido en la región sobre los próximos movimientos militares de Estados Unidos y el caso de Tierra del Fuego es uno de ellos.