Usted está aquí: lunes 15 de octubre de 2007 Política Consejeros independientes, de vital importancia para el IFE: Ackerman

El PRD debe incidir más en la selección, afirma

Consejeros independientes, de vital importancia para el IFE: Ackerman

Alonso Urrutia

Si con los cambios en la legislación electoral no se despejan los focos rojos dejados por la reforma constitucional, se corre el riesgo de que se pueda retroceder en “más de 50 por ciento” de lo logrado, considera el especialista John Ackerman, para quien existen dos grandes preocupaciones: la pretensión de desaparecer las comisiones del Instituto Federal Electoral (IFE), lo que se reflejaría en una reducción de su capacidad de fiscalización, así como una “sobrevaloración” del Servicio Profesional Electoral, cuyo objetivo sería acotar aún más a los consejeros.

Entrevistado sobre la inminente reforma al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y otros ordenamientos, Ackerman destaca la importancia de la selección de los nuevos consejeros, proceso en el cual, en los primeros tres relevos, el PRD debiera tener mayor incidencia en el perfil de los nuevos integrantes.

“Es claro que la selección debe buscar el consenso –como en 1996–, pero también lo es que el PRD es el único partido que no participó en la designación de los consejeros actuales, de ahí que es una forma de recuperar la credibilidad del IFE. No digo que sean perredistas, porque éste fue un error que se cometió en la designación pasada –que cada partido tuviera su cuota, con la excepción del sol azteca al final–, sino que tengan perfiles que ofrezcan confianza a ese partido.”

Para el especialista, hay algo claro: por buena que sea una reforma electoral, de nada sirve si quienes son los responsables de aplicarla no la ejercen a plenitud, como sucedió en 2006. “Ahora vemos a los consejeros diciendo que con esta reforma no tienen ya pretextos para la organización electoral, o sea que sí fueron pretextos los que tuvieron en su momento”.

–¿El problema en 2006 fue del marco legal, como sugieren los consejeros, o de los consejeros mismos?

–De los consejeros. Había ya una ley de avanzada que ahora se fortaleció, pero tenían facultades que simplemente no aplicaron. Por eso son de la mayor importancia las personas encargadas de aplicar la ley.

En esa lógica, Ackerman sugiere que el país requiere consejeros independientes –aunque ciertamente la pureza política es difícil encontrarla–, “pero con arrojo para poder aplicar la ley, para enfrentar las presiones de los poderes fácticos, del gobierno, de los partidos. Están en un espacio muy conflictivo, donde se requieren consejeros con independencia y con fortaleza. Los actuales no tuvieron la fortaleza de defender al IFE, por sus compromisos y sus debilidades de origen”.

Ackerman parte de la premisa de que la reforma constitucional ya aprobada es “histórica” y se ajusta a los requerimientos que tenía el país tras la “crisis de legitimidad que sufrió la democracia mexicana el año pasado”. Se requería una reforma que, al tiempo de unificar los criterios de todos los partidos, revirtiera todos aquellos factores que incidieron en la contienda, y en esta lógica “lo realmente nuevo de esta reforma es la prohibición de contratar publicidad en medios electrónicos”.

–¿La figura del contralor limitará la autonomía del IFE?

–No me preocupa el contralor externo, aunque es muy polémico. Históricamente lo ha sido, pero creo que en el Poder Ejecutivo o en los órganos autónomos la figura del contralor debe tener independencia respecto de la instancia controlada. En principio, esta autonomía no es mala, pero sí requerirá que se cuide mucho el nombramiento de los consejeros para que tenga la misma legitimidad que los nuevos integrantes del Consejo General.

–¿Hay algunos otros temas de los que se habla que pueden representar un retroceso en relación con la legislación actual?

–Hay algunos focos rojos. Hay que cuidar muchas cosas, porque una buena o mala redacción de la ley secundaria puede implicar perder más de 50 por ciento de los avances de la reforma constitucional y limitarla en gran medida; se puede perder en gran parte la esencia de la reforma. Hay algunos otros temas donde el avance constitucional los hace irreversibles.

Ackerman sostiene que los puntos medulares se relacionan con el margen de maniobra de los nuevos consejeros electorales, el cual se podría ver acotado por un tema que parece encontrar consenso entre los partidos: la desaparición de las comisiones de consejeros, instancias que fueron la “punta de lanza” de la transformación del IFE a partir de 1996.

Su eliminación reduciría sustancialmente el margen de operación de los consejeros, pues como se perfila se busca asociar con otro cambio en la estructura operativa del IFE: subir la incidencia del Servicio Profesional Electoral (SPE) para que también la Junta General Ejecutiva emerja de esta instancia.

–Se habla de que fue el SPE la instancia que al final, con todos los cuestionamientos, pudo sacar la elección a pesar de los errores de los consejeros.

–Ése es el argumento y se entiende a partir de esta coyuntura. Los partidos parten de que estos consejeros no sirven y la propuesta se entiende por su fracaso, pero si fortalecemos el aparato burocrático se gira de fondo el diseño institucional y se corre el riesgo de que pongas grandes figuras como consejeros, pero que en la práctica no puedan hacer nada. Es un poco el diseño que originalmente quería el PRI para 1996, pero que se modificó por la creación de las comisiones.

Ackerman admite que un cambio inmediato que deben impulsar los nuevos consejeros es la renovación total de la Junta General Ejecutiva. Lo deben hacer no sólo por su responsabilidad en el pasado proceso, sino también por adoptar una posición institucional.

 
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