En México no se respeta la libertad de cultos y de expresión, señala la arquidiócesis

Movilizan en Catedral a grupos de apoyo para resguardar a Norberto Rivera

Gabriel León Zaragoza

El cardenal Norberto Rivera Carrera agradeció a su feligresía y a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) las muestras de apoyo que ha recibido luego de la presunta agresión en su contra la semana pasada, cuando se retiraba de la Catedral Metropolitana. En la misa de ayer no se registraron incidentes, pero se incrementó la seguridad en torno al prelado.

Desde temprana hora el exterior de la Catedral fue resguardada por más de una treintena de uniformados capitalinos, y en el interior se reforzó la presencia de personal de seguridad.

La misa se realizó sin incidentes, y cuando el cardenal se retiró fue acompañado por un aparatoso despliegue de personal de seguridad del recinto y “voluntarios”, y su vehículo fue escoltado por cuatro motociclistas (dos más de los que habitualmente le resguardan).

Su camioneta de modelo reciente –la misma en la que se trasladó la semana pasada– lucía un cartelón con una leyenda donde se pide al personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal “se concedan las facilidades necesarias al portador del presente vehículo”.

En la esquina de la calle de Guatemala, donde la semana pasada fue interceptado por un grupo de inconformes por los pronunciamientos políticos del prelado, se apostó un contingente de la orden de Los Caballeros de Colón, algunos de los cuales informaron a los medios de comunicación que se les pidió (sin querer especificar quién) se instalaran en el lugar, ya que forman parte de los “grupos de apoyo” al cardenal.

El Consejo Episcopal de la arquidiócesis emitió un mensaje de condena a los presuntos ataques contra Rivera Carrera. Al término de la homilía de ayer, el obispo auxiliar, Rogelio Esquivel, dio lectura al texto donde se reprueba “enérgicamente la gravísima agresión física” de la semana pasada.

En su versión, el cardenal “sufre” por “no tener miedo de llamar a las cosas por su nombre”. Los prelados de la arquidiócesis que dirige Rivera Carrera consideran que “la agresión que ha recibido no es más que una muestra de intolerancia religiosa, una constatación de que en México no se respeta la libertad de cultos y de expresión”.

Asimismo, argumentaron que actitudes “irreverentes” de personas, “que sin duda alguna no están bien informados, se han convertido en violencia contra toda la santa Iglesia por defender el matrimonio cristiano y la vida inocente de tantos niños que trágicamente son privados de la vida en el vientre de sus propias madres”.

Al término de su celebración litúrgica, Rivera Carrera refirió que los asambleístas le enviaron una carta de respaldo y apoyo, expresándole que haya respeto, tolerancia y defensa a la libertad de expresión, “aunque no coincidan muchos de ellos con el modo católico y cristiano”, destacó.

Durante la misa, personas que se identificaron como miembros de la Escuela Pastoral de la Cuarta Vicaría instalaron en el interior de la Catedral dos mantas con las leyendas: “Respeto a la libertad de culto” y “Protección a la integridad del cardenal”.

El presidente de Provida, Jorge Serrano Limón, acudió a externar su respaldo al cardenal, y acusó –aunque aceptó no tener pruebas– al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y particularmente a Andrés Manuel López Obrador, de estar detrás de un “complot” de desprestigio y calumnias contra la Iglesia católica.

La arquidiócesis instauró un “corral” para cercar a los medios y evitar que se acerquen al cardenal, quien ha evitado hablar con los reporteros en los meses recientes.