Sus necesidades de operación ascienden a 2 mil 400 millones de pesos
Requiere la Armada renovar barcos, helicópteros, aviones, radares y vehículos
La falta de recursos económicos no es privativa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); la Armada de México atraviesa por una situación similar en la que, además de necesitar más de 17 mil millones de pesos para adquirir helicópteros, aviones y radares, construir al menos 11 buques y 12 patrullas interceptoras, requiere de más de 2 mil 400 millones para comprar vehículos comando, transporte blindado y equipo bélico para los 30 batallones de Infantería de Marina encargados de cumplir con las crecientes funciones de los marinos en tierra firme.
En años recientes se han incrementado las funciones de marinos y militares en el combate al narcotráfico, tráfico de personas y armas, la protección de instalaciones estratégicas y el auxilio a la población en casos de desastre; además, la Armada protege las plataformas petroleras de la sonda de Campeche y ayuda a proteger la vida en la mar.
Barcos cuarentones
Mientras que el Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea y el arma de Artillería son las que presentan los mayores rezagos, con unidades y equipos que superan los 50 años de uso, en la Armada el principal problema radica en que al menos una tercera parte de las 180 embarcaciones con que cuenta son obsoletas –según el más reciente dato oficial, que data de 2006) y se encuentran al límite de su vida útil con más de 40 años de servicio.
En otro informe anterior de la dependencia, la Secretaría de Marina reconoció que enfrentaba una “limitante operativa”, porque sus buques funcionaban al 66 por ciento de su capacidad y sus aeronaves al 43, debido a la “antigüedad y obsolescencia” de sus equipos, así como por la falta crónica de recursos.
Lo anterior con el agravante de que, en el sexenio anterior, el programa de sustitución y construcción de buques en astilleros de la Armada no cumplió con el objetivo planteado de tener 12 embarcaciones más durante el gobierno de Vicente Fox; debido a la falta de recursos y problemas administrativos, la dependencia cumplió con la mitad de su objetivo trazado.
Antes de que el general Guillermo Galván Galván, titular de la Sedena, reconociera ante diputados que los aviones, vehículos blindados y radares del Ejército son obsoletos, la Armada de México ya había pasado por situaciones que incluso pusieron en riesgo sus operaciones cotidianas.
En julio de 2003, el entonces secretario de Marina, Marco Antonio Peyrot, reconoció que debido a que habían intensificado los patrullajes de buques, aviones y helicópteros en prevención de posibles ataques terroristas –la zona de mayor riesgo era la de la sonda de Campeche–, la Armada no tenía los recursos suficientes para garantizar el abasto de combustibles a sus unidades.
El problema llegó al grado de que la Secretaría de Hacienda tuvo que autorizar una partida presupuestal adicional.
En este contexto, de acuerdo con información obtenida en la Armada de México, el alto mando elaboró un programa de inversión que contempla la necesidad de obtener más de 17 mil millones de pesos para construir 11 buques oceánicos, 12 patrullas interceptoras, y para adquirir 10 aviones para patrulla y vigilancia marítima, así como seis embarcaciones de rescate marítimo con el equipo complementario.
Pero independientemente tiene que equipar 30 batallones de Infantería de Marina, además del equipo para 16 compañías de policía marítima.
Para cumplir con las crecientes tareas que le ha asignado el Ejecutivo federal, como el combate al narco en el mar, así como operativos antidrogas en tierra, contra el tráfico de personas y mercancías, lo mismo que la vigilancia de puertos y costas, la dependencia necesita 156 vehículos comandos, 10 transportes blindados con capacidades anfibias, 35 vehículos utilitarios de servicios, 30 ambulancias y 79 cuatrimotos. Además, la construcción de instalaciones logísticas y talleres de mantenimiento, todo lo cual requiere de una inversión que supera los 2 mil 400 millones de pesos.