Astillero

Julio Hernández López
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Madruguetes

Niños Cantores de Morelia

Manolo Foxino adelanta reloj

Ulises y Sabines, demócratas

Para el que temprano amanece, otro que no duerme: Germán Lospinos fue lanzado al ruedo blanquiazul con gran anticipación respecto a la fecha oficial de los comicios internos para que minara con tiempo suficiente la plataforma del actual líder oficial partidista, pero Manuel Foxino le clareó en reciprocidad al plantear y conseguir que la elección de nuevo dirigente nacional se realice no en marzo de 2008, sino tal vez en un mes y medio (la fecha exacta será decidida por el comité nacional panista), con lo que busca el citado Manuel que Los Niños Cantores de Morelia no logren afianzar el cártel musical cuyas primeras voces son el muy particular Cesarín Nava, el travieso Iván Mouriño y el propio Germancito, que según eso estaría programado para crecer a tales alturas artísticas que acabaría convertido, junto con el bonito Iván hispano, en el par de cartas reales con las que el impugnado director de orquesta, Fe Lipe Cal D’Ron, buscaría jugar la sucesión de 2012 (suponiendo, desde luego, que habrá 2012 tradicional, y que los desafinados músicos actuales seguirán en el foro y que las partituras serán las que ellos creen que podrán imponer).

Al adelantar el reloj panista, el malquerido Manolo Yunque pretende que la cargada a favor del germánico candidato oficial, hecha desde la casa presidencial al más viejo estilo priísta, tenga menos tiempo para cuajar y que el expediente Fox extienda hasta el ring blanquiazul su manto de obligada impunidad (me das cuello y dejo de cooperar callando lo electoral, es el muy verdadero y eficaz cuento chino de Shen Te), obligando a parlamentar a los dos gladiadores dispares, el Grandote sin Máscara y el Chaparrín con Casaca, y a llegar a acuerdos que permitan a las dos bandas seguirse asumiendo como presidenciales; una, la michoacana, en disfunciones; otra, la guanajuatense, en desfiguraciones.

Al que madruga, Fox le ayuda, así es que a temprana hora unas desinteresadas mujeres de San Cristobal Ranch comenzaron ayer a repartir folletos con información sobre lo bueno que siempre ha sido el señor don Vicente y lo rico que ha sido desde chiquito (incluso cuando más en desgracia estaba, siempre avispado pa’ los negocios aunque la sublimación monetaria se diera, por esos imponderables de la vida, cuando en la presidencia de México estaba). El pueblo, indignado por las calumnias levantadas contra el buen Chente, ha comenzado a levantarse (es posible que pronto se realicen marchas públicas de ciudadanos en defensa de la honorabilidad de Vamos Vicente y su Marta Según el Sapo es la Petición de Yip).

El amanecer democrático se manifestó también en las tierras oaxaqueñas y chiapanecas que a estas alturas forman parte indiscutible del primer mundo político. El visionario Ulises Ruiz ha perfeccionado a tal grado sus técnicas comiciales que en estricto sentido ni necesarios son los procesos clásicos de instalación de casillas y funcionarios electorales, de depósito ciudadano del voto y de conteos oficiales y emisión de resultados: el Manejo Patriótico del Cheque (Mapache) convierte las jornadas electorales reales en mero trámite de confirmación de escenarios virtuales previamente decididos por el manipulador del software de juegos llamado Democracy. Así es posible que el repudiado villano de la vida real, míster Ruin, se declare una y otra vez ganador, por abundante mayoría, de las competencias electorales tan desairadas como trampeadas.

En Chiapas lo electoral también sonrió al dinosaurio priísta más recientemente incorporado a la colección perredista de aberraciones políticas: Juan Sabines presumió de la misma paz porfirista que su colega URO (no es una descalificación escatológica, sino las iniciales de Ulises Ruiz Ortiz) y, aunque también aceptó que sucedieron algunos incidentes menores, presumió del control que ejerce en aquella hacienda sureña. El reparto del botín electoral es lo de menos: vayan a nombre de las siglas partidistas que vayan, los principales aspirantes a los principales puestos están arreglados con Sabines para convertir lo político en privado. No está de más insistir en lo que en otros espacios y aquí mismo se ha denunciado con mucha anticipación: la manera en que el PRD ha sido usado para incorporar a maniobras desde el poder a ejecutantes de políticas totalmente contrarias a la izquierda. En Chiapas ha sucedido en estas elecciones, pero en el resto del país sucede cotidianamente: los gobernadores usan este partido como vía alterna de reciclamiento de desechos políticos y de convalidación de políticas oficiales, comprando a sus líderes locales y salpicando a sus “contactos” nacionales que cuando son acusados suelen ponerse el Jesús en la boca.

Todo sigue igual de oscuro, pero en el contexto de un presunto amanecer antinarcóticos (financiado por Estados Unidos) los iluminadores oficiales de la función lúgubre instalan ciertos logros supuestamente espectaculares a los que asoman zurcidos de última hora y una lógica argumental poco convincente. La reina del Pacífico sonríe mientras en el ámbito judicial se habla de que su consignación penal está intencional o accidentalmente mal hecha y que buenos abogados podrían ayudar a la estrella de las pasarelas carcelarias a librar el mal rato. En Tampico se anuncia el más grande decomiso de cocaína en la historia nacional de estas andanzas, y en el mismo Tamaulipas (entidad que se escribe con zeta) se produjo ayer una balacera entre militares y civiles que dejó heridos y desaparecidos.

Y, mientras los mexicanos asimilan el portentoso hecho de que la Sedena haya aceptado como buena la “recomendación” hecha por la Comisión Nacional de Derechos Ufanos, presidida por el gastroenterólogo Soberanes, respecto a las causas de la muerte de la señora Ernestina Ascención, muy tempranamente reveladas por el licenciado Calderón de manera meramente adivinatoria, ¡hasta mañana, con la Junta de Gobierno según eso a la escucha de opiniones sobre los aspirantes a la rectoría de la UNAM!